• Los microbios convierten el CO2 en proteínas y vitaminas

    Es un proceso de fermentación igual al de la cerveza, pero en vez de dar azúcar a los microbios, se les da gas y acetato.

    Agencia EFE

    Una nueva tecnología experimental que funciona con energía renovable permite obtener proteínas y vitamina B9 a partir de microbios que se alimentan con hidrógeno, oxígeno y CO2, según un estudio que publica Trends in Biotechnology.

    Se trata de un proceso de fermentación similar al de la cerveza, pero en lugar de dar azúcar a los microbios, se les da gas y acetato, explica el responsable del equipo investigador, Largus Angenent, de la Universidad de Tubinga (Alemania).

    Esta tecnología podría servir, en un futuro, para producir una alternativa proteínica sostenible y enriquecida en micronutrientes, aunque aún queda mucho por hacer para llegar a ese punto.

    Las levaduras pueden producir vitamina B9 por sí solas con azúcar, pero los investigador es se plantearon si se podría lograr lo mismo usando acetato.

    Prueba y resultados

    El equipo diseñó un sistema de biorreactor de dos etapas que produce levadura rica en proteínas y vitamina B9. Esta última también se conoce como folato y es esencial para funciones corporales como el crecimiento celular y el metabolismo.

    En la primera etapa, la bacteria Thermoanaerobacter kivui convierte el hidrógeno y el CO2 en acetato, que se encuentra en el vinagre, después la Saccharomyces cerevisiae, más conocida como levadura de panadería, se alimenta de acetato y oxígeno para producir proteínas y vitamina B9.

    Los expertos explicaron que el hidrógeno y el oxígeno pueden producirse golpeando en el agua con electricidad a raíz de fuentes de energía limpias como, por ejemplo, los molinos de viento.

    El resultado fue que las levaduras alimentadas con acetato producen casi la misma cantidad de vitamina B9 que las que comen azúcar, con 6 gramos de la levadura seca recolectada se cubren las necesidades diarias de vitamina B9.

    En cuanto a las proteínas, los niveles de la levadura superan a los de la ternera, el cerdo, el pescado y las lentejas.

    Ochenta y cinco gramos, o 6 cucharadas soperas, de levadura proporcionan el 61% de las necesidades diarias de proteínas, mientras que la ternera, el cerdo, el pescado y las lentejas cubren el 34 %, 25%, 38% y 38% de las necesidades, respectivamente.

    Sin embargo, la levadura debe tratarse para eliminar los compuestos que pueden aumentar el riesgo de gota si se consume en exceso. Una vez tratada, tratada satisface el 41% de las necesidades diarias de proteínas, comparable a las fuentes tradicionales de proteínas.

    "Nos acercamos a los 10.000 millones de personas en el mundo, y con el cambio climático y los limitados recursos de tierra, producir suficientes alimentos será cada vez más difícil", agregó.

    Por ello, una alternativa es "cultivar proteínas en biorreactores mediante biotecnología en lugar de cultivar para alimentar animales. Hace que la agricultura sea mucho más eficiente", señaló Angenet, citado por la revista.

    Además, al funcionar con energía limpia y CO2, el sistema reduce las emisiones de carbono en la producción de alimentos y también desvincula el uso de la tierra de la agricultura, liberando espacio para la conservación.

    El investigador subrayó que no hará la competencia a los agricultores, sino que esta tecnología les ayudará a concentrarse en producir verduras y cultivos de forma sostenible.

    Ahora, el equipo planea optimizar y ampliar la producción, investigar la seguridad alimentaria, realizar análisis técnicos y económicos y calibrar el interés del mercado.

    "Nos acercamos a los 10.000 millones de personas en el mundo (...) Producir suficientes alimentos será cada vez más difíci

    largus angenent, investigador"

  • Establecen un nuevo récord de perforación en la meseta Qinghai-Tíbet

    Este hito permitirá evaluar el impacto del calentamiento global en ese lugar.

    Científicos chinos establecieron un nuevo récord al alcanzar una profundidad de perforación de 750 metros en la meseta más grande del mundo, la de Qinghai-Tíbet, zona sobre la que algunos han expresado preocupaciones por su posible deshielo prematuro a causa del calentamiento global.

    Pese a las dificultades provocadas por la altitud, de 4.600 metros de media, el equipo logró a perforar a más de 750 metros por debajo de la superficie.

    La cuenca acumula estratos cenozoicos que datan de hace 55 millones de años, lo que la convierte en una región clave para estudiar las características tectónicas, el clima, la biología y la ecología de la meseta, así como su evolución.

    Las muestras de roca no sólo registran la historia de decenas de miles de años de cambios geológicos y climáticos, sino que también revelan la distribución de la energía en el estrato.

    Se espera que la perforación proporcione una base científica importante para la simulación y predicción del impacto del calentamiento global y la protección del medio ambiente ecológico en la meseta Qinghai-Xizang, la formación de rocas generadoras de hidrocarburos y la exploración y desarrollo de los recursos del lago salado.

    En 2023, China aprobó una ley para la protección medioambiental de la meseta donde estarán limitadas las actividades de construcción y minería.

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