• Amigos embotellan agua de lluvia valdiviana y las venden a lujosos restaurantes del mundo

    En 2010, Juan Carlos Alcaino y Sergio Vásquez levantaron una planta en la zona, con la que recolectan su materia prima.

    Ignacio Arriagada M.

    Hace más de una década, dos amigos de Valdivia, en la Región de Los Ríos, comenzaron a recolectar agua de lluvia para luego envasarla y comercializarla a locales de la zona. Este producto, que para muchas personas e instituciones era considerado una "locura", logró, en el corto plazo, estar disponible en las vitrinas de los restaurantes y hoteles más lujosos y célebres de América, Asia y Europa. Entre la nutrida cartera de clientes figura El Bulli, un reconocido local gastronómico español que ha sido dintinguido con cuatro estrellas por la Guía Michelin y considerado cinco veces el mejor del mundo en la lista "The S.Pellegrino The World's 50 Best Restaurants". Esta es parte de la historia de Mawün Rainwater contada por uno de sus fundadores.

    La niñez de José Manuel Alcaino estuvo vinculada a la "selva valdiviana", donde junto a sus amigos jugaban a llenar tinajas y baldes con las precipitaciones abundantes. Una de las grandes dudas que asaltaba a estos pequeños era qué hacer con semejante recurso que cubría gran parte de la semana los bosques y los campos. Alcaino nunca imaginó que en su adultez la respuesta a esa pregunta iba a dar vida a uno de las empresas más exitosas del sur del país.

    "El 2010 mi socio y fundador (Sergio Vásquez) me dijo 'probemos captando agua de lluvia y luego la envasamos'. Así de simple, como se oye, partió la idea", recuerda.

    En el Chile de aquellos años recién se hablaba sobre el cambio climático y sus efectos en el medio ambiente. Este panorama no era para nada auspicioso para el emprendimiento, por lo que el primer desafío para Sergio y José Manuel fue comprobar científicamente que el agua de lluvia que caía en Valdivia era apta para el consumo humano.

    "Existía el mito de que el agua de lluvia estaba contaminada y que no se podía tomar, entonces teníamos que derribar ese mito. Así, nos pusimos a recolectar agua de lluvia en distintos puntos de la ciudad y las muestras las llevamos a la Universidad Austral para los respectivos análisis", detalla.

    Los resultados arrojaron que en los lugares densos en población el recurso hídrico que caía del cielo estaba polucionado principalmente por las partículas emanadas de las chimeneas a leña.

    Alcaino y Vásquez al revisar el informe pensaron que la idea de negocio no era factible. Sin embargo, un lugar impensado para ambos les devolvió la esperanza y el entusiasmo.

    "Las muestras indicaban que muy cerca del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, que está a 15 minutos de Valdivia, el agua de lluvia no estaba contaminada y que era de altísima calidad. Coincidentemente, uno de nosotros era dueño de un terreno ahí", asegura.

    Con los informes científicos en mano, la dupla no lo pensó más e hizo la primera inversión. Con 30 millones de pesos levantaron una planta y una bodega, e instalaron "techos recolectores" capaces de almacenar 25 mil litros de agua de lluvia. Luego vino el desarrollo de la fórmula química para cumplir con los estándares de salud, cuya tarea fue encabezada por la ingeniera en alimentos Cecilia Campusano. A finales de 2012, y tras permanentes pruebas, Mawün Rainwater recibió la resolución sanitaria.

    "Luego de recibir la documentación obtuvimos la primera agua de lluvia embotellada (...) Para saber la opinión de la gente hicimos catas con amigos y familiares, y también fuimos a ferias. Colocábamos vasos con distintas aguas, de la llave, de otras marcas, y todos coincidían que la mejor era la nuestra", asegura José Manuel.

    Posicionamiento

    Con la aprobación de las personas, los amigos iniciaron el camino de captación de clientes en Puerto Varas, Santiago y Pucón.

    "Fuimos puerta a puerta, de restaurante en restaurante y de hotel en hotel. Algunos decían que no y otros que sí. El primer cliente fue un hotel en Puerto Varas, donde al gerente y al chef principal les encantó la calidad del agua y la botella", precisa.

    En un año Mawün Rainwater ya estaba posicionada en la industria hotelera y gastronómica nacional. Con los recursos alcanzados, los socios ampliaron la planta de producción y, con la ayuda de un programa de Corfo, salieron a las principales ferias de innovación del mundo a mostrar "la primera agua de lluvia embotellada de América Latina".

    "De producir 200 botellas mensuales pasamos a 2 mil. Después de ese logro nos fuimos a Madrid, Nueva York, China, y a otros lugares a presentar nuestro producto como agua premium, de origen de agua de lluvia en el fin del mundo, libre de sodio", relata.

    Gracias a esta vitrina internacional, la empresa pudo exportar a contar de 2014 a China, España, Italia, Estados Unidos, Colombia y Panamá. Algunos de los hoteles lujosos que figuran como clientes de Mawün Rainwater son el Park Hyatt Shanghai y el The Ritz-Carlton Santiago, ambos de cinco estrellas. Entre los restaurantes reconocidos está El Bulli, local español que ha sido dintinguido con cuatro estrellas por la Guía Michelin, que es considerado el premio Oscar de la cocina.

    En el 2018 Sergio Vásquez dejó la compañía y en su lugar ingresó el ingeniero forestal Jorge Chacón. Ese año Mawün Rainwater alcanzó la mayor cifra en ventas, estimada en 260 millones de pesos.

    Este 2024 la empresa buscará consolidarse aún más en la exigente industria hotelera y gastronómica nacional e internacional. "De la selva valdiviana, al final de Chile, a todo el mundo. Ese es nuestro plan", proyecta Alcaino.

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