Ignacio Arriagada M.

Los incendios que acabaron con la vida de 134 personas y que arrasaron con diversos sectores de Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, en la Región de Valparaíso, marcaron un trágico hito tanto a nivel nacional como internacional. Usualmente, este y otro tipo de emergencias desencadenan, en paralelo, una serie de emociones negativas, como estrés y ansiedad, que pueden deteriorar la salud física en quienes se ven involucrados en estos desastres.

"Aunque la población en general no lo reconoce, sí existe una directa relación entre la salud mental y la salud física. Nuestras emociones van a incidir en cómo nos sentimos (...) Podemos pensar en los trastornos psicosomáticos, donde podemos ver una enfermedad física que va a tener una alteración dado el estrés o la ansiedad", explica María José Millán, psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello (UNAB).

Efecto en mujeres

Tanto el estrés como la ansiedad provocada por una tragedia puede afectar en diferentes formas a mujeres y a niñas, particularmente en sus ciclos menstruales, embarazos y lactancia.

Según Cinthya Alfaro, matrona y coordinadora de la carrera de obstetricia y puericultura de la Universidad de Las Américas, "en adolescentes el estrés puede generar un desbalance hormonal, que podría derivar en cambios en sus ciclos ovulares y, eventualmente, provocar cambios repentinos de humor e irregularidades menstruales".

En embarazadas, situaciones como la experimentada durante los incendios provocan mayor hiperventilación, "lo que generaría ingreso de pocas cantidades de oxígeno que van a privilegiar mayormente al cerebro, corazón y riñón de la gestante y, principalmente, el ingreso por vía transplacentaria a su bebé en gestación", afirma la académica.

"Si a esto, además, le sumamos la falta de oxígeno ante una catástrofe como un incendio, puede generar mayor riesgo de tener contracciones uterinas a causa del estrés y la liberación de cortisol en su organismo, déficit de oxígeno en la sangre; y como consecuencia de esto, riesgo de desprendimiento de placenta y parto prematuro o aborto (dependiendo de las semanas de gestación)", añade.

Cinthya Alfaro detalla que lo principal para diferenciar las contracciones de parto con las provocadas por algún factor de estrés es que la primera no ceden al reposo.

"Si la gestante está envuelta en situaciones de estrés y además con contracciones uterinas, debe hidratarse y recostarse hacia el lado izquierdo; si a los 30 minutos no ceden las contracciones (con menos de 37 semanas), debe recurrir a un servicio de urgencia", aconseja.

Las madres en período de lactancia expuestas a emociones negativas también pueden tener efectos a nivel de sus vasos sanguíneos, por la generación de una vasoconstricción y liberación de cortisol. Esto, "podría generar menor producción de leche materna y, por consiguiente, un recién nacido irritable, demandante, con inestabilidad del sueño, que finalmente desencadena un estrés materno y neonatal", advierte la matrona, quien agrega que circunstancias como estas provocan frustración materna y hasta depresión post parto.

Para prevenir estas complicaciones es recomendable aumentar las redes de apoyo familiar y social durante las catástrofes. Asimismo, mantener la mente sana, aumentar las endorfinas maternas con actividades en las que se sienta a gusto, como, por ejemplo, leer algún libro, realizar ejercicios o meditar.

"Aunque la población no lo reconoce, sí existe una relación entre la salud mental y la salud física.

maría josé millán, psicóloga"

El apabullante éxito de la película 'Barbie' y la destacada actuación de su protagonista, Margot Robbie, no fue suficiente para inclinar la balanza a favor de la representación de las mujeres en los filmes en la última década.

Así lo demuestra un reciente análisis realizado por la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, que indica que tan sólo el 30% de las 100 películas más taquilleras de Hollywood el año pasado fueron protagonizadas por el género femenino, lo que supone el registro más bajo desde 2014.

El informe, titulado 'Desigualdad en 1.700 películas populares: Género, raza/etnia y edad de los protagonistas y coprotagonistas de 2007 a 2023', reportó, por ejemplo,un descenso considerable desde los 44 filmes con mujeres en papeles principales de 2022 a los 30 contabilizados del año pasado.

"Se trata de un retroceso catastrófico para las niñas y las mujeres en el cine. En los últimos 14 años, hemos registrado avances en la industria, por lo que ver este retroceso es sorprendente", informó la doctora Stacy L. Smith, fundadora de la Iniciativa de Inclusión Annenberg, de la USC, que está detrás de esta investigación.

El análisis también arrojó que Walt Disney Studios fue el distribuidor con más películas protagonizadas por mujeres, con un 46,1%, seguido de Paramount Pictures, con 44,4%, mientras que Universal Pictures tan sólo registró el 21,1%. Lionsgate anotó un 20%.