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Científicos claves en la vacuna contra el covid ganan el Premio Nobel
Katalin Karikó y Drew Weissman crearon la tecnología del ARN mensajero, que fue crucial para elaborar antídotos ante el virus.
EFE / Ignacio Arriagada M.
La húngara Katalin Karikó y el estadounidense Drew Weissman recibieron ayer el Premio Nobel de Medicina 2023. Ambos científicos crearon la tecnología del ARN mensajero (ARNm), que fue trascendental para desarrollar algunas vacunas contra el covid-19.
"A través de sus innovadores hallazgos, los galardonados de este año han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con nuestro sistema inmunológico. Han contribuido, a un ritmo sin precedentes, en el desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos (el covid-19)", explicó la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo, que otorga el premio.
Asimismo, la institución enfatizó que sus hallazgos abrieron la vía a unas vacunas que "han salvado millones de vidas y han prevenido enfermedades graves en muchas más".
Reacciones
Tras enterarse del galardón, la primera reacción de Katalin Karikó fue asegurar que lo más importante en la vida de una investigadora "es tener salud física y mental, aprender a gestionar el estrés. Es importante que si disfrutan lo que hacen, si son felices haciéndolo, serán cada vez mejores".
Por su parte, Weissman admitió que aunque él no es de los que trabaja pensando en los premios, el Nobel "es el máximo reconocimiento al trabajo, así que es una experiencia maravillosa".
También recordó que los dos han formado equipo durante 20 años, y que "antes de que nadie supiera lo que es el ARN, o le importara", allí estábamos los dos, "literalmente uno al lado del otro en un banco, trabajando juntos. Hablando y discutiendo nuevos datos".
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), su director, Tedros Adhanom, quien lideró la OMS a lo largo de toda la pandemia, señaló que los descubrimientos realizados por los científicos fueron los que hicieron posible una lucha efectiva contra el covid-19 y que "su dedicación a la ciencia ayudó a salvar vidas".
El mundo científico igual se sumó a la celebración por la entrega del Nobel a la dupla de expertos.
En ese sentido, Carlos Briones, doctor en Bioquímica y Biología Molecular e investigador del Centro de Astrobiología (España), subrayó que el premio ha recaído en dos científicos "que han hecho posible una aproximación revolucionaria en el campo de la inmunología, al poner a punto la tecnología para producir vacunas de ARN mensajero".
Arn mensajero
Karikó y Weissman, catedráticos de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), descubrieron que el ARNm con base modificada se puede utilizar para bloquear la activación de reacciones inflamatorias y aumentar la producción de proteínas cuando el ARNm se administra a las células.
Los dos publicaron sus resultados "en un artículo fundamental de 2005 que recibió poca atención en ese momento, pero sentó las bases para desarrollos de importancia crítica que han servido a la humanidad durante la pandemia del covid-19".
A partir de sus trabajos registraron dos patentes relacionadas con el ARN mensajero, que fueron vendidas por la universidad y posteriormente adquiridas por dos empresas, ModeRNA y BioNTech.
Los científicos coinciden en que tras las vacunas contra el covid-19 basadas en ARNm hay esperanzas de que esta técnica pueda aplicarse a otras infecciones virales, el cáncer u otras muchas enfermedades.
Karikó y weissman
Katalin Karikó, bioquímica hungaroestadounidense, nació el 17 de enero de 1955 en Szolnok, Hungría. Graduada en Biología en la Universidad de Szeged (Hungría) en 1978 y doctorada en Bioquímica en 1982, empezó a estudiar las propiedades del ARN mensajero en ese centro europeo.
En 1985 emigró a Estados Unidos con su marido y su hija de dos años, un viaje para el que salió con los ahorros escondidos en el osito de peluche de la niña, según ha recordado en muchas entrevistas.
Al país americano iba para ocupar una plaza postdoctoral en la Universidad de Temple en Filadelfia y desde ahí pasó a la de Pensilvania.
A principios de los años 90 tuvo que lidiar con varios rechazos a sus solicitudes de financiamiento para sus estudios sobre el ARN e incluso tuvo que rebajar su categoría profesional para poder seguir trabajando en la universidad y no perder el visado.
En 1997, conoció al inmunólogo Drew Weissman, uno de los investigadores de la vacuna contra el VIH, y empezaron a colaborar.
Trabajando en vacunas basadas en ARN mensajero Karikó y Weissman vieron que esta molécula provocaba fuertes reacciones inflamatorias porque el sistema inmunitario la detectaba como intrusa y lograron introducir pequeños cambios en la estructura del ARN para que esas reacciones no tuvieran lugar.
El inmunólogo Drew Weissman, por su parte, nació en Lexington, Massachusetts, EEUU, y se graduó en la Universidad Brandeis, donde se especializó en bioquímica y enzimología. asdasd
En 1987 se doctoró por la Universidad de Boston y completó su residencia en el hospital Beth Israel de esa misma ciudad.
Continuó sus estudios en los Institutos Nacionales de Salud y en 1993 fue becario principal de Anthony Fauci en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
En 1997 se trasladó a la Universidad de Pensilvania, donde comenzó a trabajar con Karikó en el estudio del ARN y el sistema inmunitario innato.
También es miembro de la Federación Estadounidense de Investigación Clínica, la Asociación Médica Estadounidense y la Asociación Estadounidense de Inmunólogos.
Previo al Premio Nobel de Medicina, Weissman y Karikó habían recibido premios como el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2021), así como el Premio Rosenstiel (EEUU) en 2020 y junto a Robert Langer el Fronteras del Conocimiento BBVVA (2022).
"El Nobel es el máximo reconocimiento al trabajo, así que es una experiencia maravillosa.
drew weissman, inmunólogo"
por 26 años Karikó y Weissman han formado equipo estudiando el ARN mensajero.
2 patentes relacionadas a sus hallazgos fueron adquiridas por ModeRNA y BioNTech.
$454 millones ganarán aproximadamente ambos científicos por haber recibido el premio.