• Sepa cómo detectar, combatir y lidiar con el agotamiento parental

    Cuando los niños están de vacaciones las exigencias crecen para los padres. Darse sólo 30 minutos de relajo puede ser de ayuda.

    Natividad Espinoza R.

    Con los niños de vacaciones, padres y madres tienen una labor más que cumplir: entretenerlos y mantenerlos ocupados. Sumado a las rutinas en casa y a las tareas que muchos deben seguir cumpliendo en el trabajo, esto puede llevar al "agotamiento parental".

    "La tendencia muestra que los padres y madres no destinan tiempo a realizar actividades de relajo y distención, y esto se hace más difícil todavía cuando los niños están de vacaciones", dijo la psicóloga y académica de la Universidad San Sebastián (USS), Daniela Muñoz.

    "Sumado a esto, las expectativas y presión social sobre lo que debiese ser una adecuada forma de criar somete a los padres una presión constante y un sentimiento de no estar cumpliendo con los estándares sociales, lo cual eleva los sentimientos de culpa y frustración constante que se traducen en el agotamiento o burnout parental", agregó.

    ¿qué hacer?

    En este contexto, dijo la psicóloga "es muy relevante que padres y madres comprendan que uno de los factores clave para proteger la infancia y cuidar su propio desarrollo y el desarrollo de niños y niñas, es el estado emocional de quienes crían". Por eso, hay que estar atento a los indicadores de que se está pasando por un burnout parental y hacer algo al respecto.

    Según Muñoz, los "síntomas" son el agotamiento, falta de paciencia, frustración, mal dormir, irritabilidad e hipersensibilidad.

    Para evitar o lidiar mejor con estas situaciones, Muñoz aconsejó a los padres identificar en qué momentos y por qué se sienten sobrepasados.

    Asimismo, les sugirió incorporar a sus rutinas acciones que les ayuden a llegar más calmados a momentos de estrés, como dedicar al menos dos veces por semana 30 minutos o una hora a actividades placenteras, como escuchar música o hacer ejercicio.

    Identificar y usar redes de apoyo fue también una recomendación de la profesional.

  • Estudio muestra que amígdala cerebral es clave en el alzhéimer

    La enfermedad afecta a hasta el 70% de quienes tienen demencia.

    Un estudio realizado por primera vez en la amígdala cerebral humana por investigadores del grupo de Neuroplasticidad y Neurodegeneración de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM, España), reveló que esta región es clave en el progreso del alzhéimer.

    Las conclusiones de este estudio, explicó la UCLM, podrían abrir un nuevo camino a terapias para combatir una enfermedad que sufre en torno al 60-70% de los 50 millones de personas que padecen demencia en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

    Para el desarrollo de la investigación, que forma parte de la tesis doctoral de Melania González, el grupo de investigación analizó tejido cerebral humano de 36 donantes correspondientes a pacientes que sufrían la enfermedad de Alzheimer y otros que no la presentaban.

    El estudio se centró en la amígdala cerebral humana, región que recibe ese nombre por su forma de almendra y que es clave en el funcionamiento cerebral, ya que está conectada con las funciones conscientes que procesa la corteza y las respuestas autónomas, y es primordial en el control de las emociones.

    La investigación, publicada en Brain Pathology, revela una importante pérdida de volumen de la amígdala cerebral humana en el grupo de pacientes con alzhéimer. Sin embargo, esa reducción no estaba ligada a la pérdida de neuronas pese a la gran cantidad de depósitos de marcadores patológicos.

    Por el contrario, sí detectó un aumento importante de las células de glía (del sistema nervioso) asociadas a la inflamación de la región de la amígdala.

    Este trabajo permitió identificar más de 2000 proteínas, algunas de las cuales constituyen potenciales biomarcadores de la enfermedad.

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