Ignacio Silva

En "El Encargado", una serie argentina de la plataforma de streaming Star+, el reconocido actor Guillermo Francella interpreta a Eliseo, un empoderado y antiguo conserje de un edificio residencial de Buenos Aires.

Pero más allá de las aventuras y desventuras de su personaje, uno de los detalles más llamativos de la ficción radica en Gabriel, el amigo y confidente del protagonista que aunque también es encargado de un edificio vecino, no es una persona de carne y hueso: es, más bien, una pantalla.

Lejos de la ciencia ficción, el personaje encarnado por Darío Barassi es un conserje virtual (o remoto), una modalidad de vigilante interactivo que luego de implementarse en comunidades de países europeos, se ha extendido en localidades más cercanas como algunas ciudades de Uruguay y Argentina.

"Los conserjes remotos o digitales son una manera de atender las necesidades de una comunidad de manera digital, es decir, que el conserje no esté presencialmente en la comunidad", apunta Valeria Morillo, líder de contenido en Comunidad Feliz. "Dentro de su sistema tienen el control de acceso en puertas y/o portones, así como vista a las cámaras de seguridad, entre otros".

Según apunta la especialista del software de administración de edificios, la principal idea de esta innovación es digitalizar el área "para ahorrar tiempo, mejorar el orden y pérdida de información, así como reducir la carga laboral en actividades repetitivas que tienen los conserjes".

Y pese a lo lejano que puede parecer el fenómeno, ya hay proyectos que lo están implementando en Chile. Es el caso de un edificio en la comuna de La Florida de la inmobiliaria Vive tu Barrio, donde por estos días opera una versión alfa que -dicen- tiene como finalidad entregar una mejor experiencia y mayor seguridad a la comunidad, y al mismo conserje, durante los turnos de noche.

¿cómo funciona?

Desde la empresa explican que cuentan con una central de monitoreo donde se encuentra una persona conectada vía streaming con un dispositivo que está instalado en la recepción del edificio. La comunidad puede ver al conserje mediante una pantalla, a través de la cual éste también escucha, ve y puede conversar con los propietarios o arrendatarios.

"En nuestro concepto tener un conserje remoto otorga la oportunidad de que él pueda ver varios edificios a la vez con lo que disminuye de manera importante los gastos comunes de los edificios y además brinda mayor seguridad al conserje ya que ante una situación complicada el estar a distancia le brinda mayor tranquilidad para su actuar", revela Eduardo Poblete, gerente general de Vive tu Barrio. Según el ejecutivo, en la fase alfa del proyecto el conserje virtual puede encender las luces, manejar los portones y los accesos de todo el edificio.

Competencias

Eduardo Poblete detalla que, desde la perspectiva de los conserjes, no hay tantas diferencias entre el trabajo presencial y el remoto.

"Los conserjes remotos deben cumplir los mismos requisitos que exige la ley para un conserje presencial. La base tecnológica del conserje remoto es la misma que está presente en los edificios para los conserjes presenciales por lo que no se requiere competencias tecnológicas avanzadas. Un conserje remoto es el mismo que un conserje presencial, pueden ser compatibles sus funciones", comenta.

De hecho, según su relato, la popularización del formato en Argentina se debe a que la legislación en ese país no permite conserjes nocturnos. "En este rubro hay temas de costumbres arraigadas que deben ir adaptándose por lo que en nuestro caso tenemos una mezcla de conserje presencial y conserje remoto y así ir probando la tecnología", agrega.

Con todos estos antecedentes, ¿qué esperar del futuro? Para el gerente general de Vive tu Barrio, se trata de un proceso lento pero que puede acelerarse con el tiempo.

"Como estos desarrollos son lentos y muy tecnológicos también hemos mirado lo que hay en el mercado que es muy bueno también y así se generan alianzas. El aumento de los costos y el cambio en las leyes laborales harán que se acelere el cambio", reflexiona.