• Científicos chilenos descubren la forma de degradar el plástico PET a temperatura ambiente

    Una enzima, proveniente de bacterias antárticas, haría posible este tratamiento con mayor eficiencia que las formas actuales.

    Camila Infanta S.

    La Organización de Naciones Unidas calcula que cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo y la mitad de ellos corresponde a los de un uso. Se calcula, además, que menos del 10% se recicla y alrededor de 23 millones de toneladas terminan en lagos, ríos y mares. Se sabe, también, que este sería uno de los tantos factores que está contaminando el planeta y que la ciencia aún no es capaz de formular una solución real, ya sea de reemplazo del material o de una forma de degradarlo completamente. Sin embargo, esto podría estar más cerca.

    Y es que según estimó la Asociación Gremial de Industriales de Plástico (ASIPLA), Chile consumió 1 millón de toneladas de plástico sólo el 2020. Por ello, científicos chilenos realizaron un descubrimiento que podría marcar un hito. Se trata de enzimas provenientes de bacterias antárticas que son capaces de degradar el plástico PET con gran eficiencia a temperatura ambiente.

    Así, se busca que envases tan masivos como los utilizados para el delivery de comida podrían degradarse en tiempos de semanas e incluso días a temperatura ambiente, en lugar de los 500 años (o más) que podrían demorar siguiendo su curso natural. Y es que los mecanismos estudiados hasta el momento, incluyen temperaturas muy altas para lograr la degradación.

    Actualmente las bolsas de plástico, fabricadas con polietileno de baja densidad, tardan alrededor de 150 años en descomponerse totalmente. Sin embargo, las botellas de plástico pueden tardar en degradarse hasta mil años si permanecen enterradas, según la Fundación Aquae. En el caso de los vasos y platos de plástico el tiempo podría ser de 50 años.

    "Pensamos en que los desechos plásticos se han desplazado, a través de las corrientes marinas, a ambientes fríos como la Antártica. Por eso nos enfocamos en esa zona para identificar algunas enzimas que fueran efectivas en distintas condiciones, particularmente bajas temperaturas, usando herramientas computacionales y tomando muestras de material genético directamente de estos ambientes naturales", señaló César Ramírez-Sarmiento, investigador del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), quien participó en la investigación junto a un grupo de científicos de Brasil, Alemania y Chile (ver recuadro).

    "Es un gran avance ya que amplía el repertorio ya conocido de enzimas que degradan PET y que hoy son consideradas como potenciales biocatalizadores para el reciclaje biológico", agregó.

    En cuanto a su acción, Ramírez-Sarmiento comentó que si bien no es posible degradar una botella de PET directamente y ese tipo de envases debe ser tratado previamente para facilitarlo, la gran ventaja es la eficiencia del proceso.

    Desde alemania

    Durante la misma investigación, el equipo identificó otra enzima proveniente de un compost vegetal en Alemania, cuya eficiencia a 70ºC es aún mayor, siendo capaz de degradar PET ya reciclado en apenas 24 horas y que ahora ha sido mejorada mediante ingeniería de proteínas para acelerar aún más el proceso de degradación.

    De esta forma, los expertos del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio) están ratificando un nuevo paradigma, ya que hasta hace poco tiempo aún se pensaba que el plástico PET era resistente a la degradación biológica. Por lo tanto, su reciclaje era sólo imaginable utilizando métodos mecánicos para reutilizarlo en otros productos de menor calidad, ya que este material pierde muchas de sus propiedades luego de varios ciclos de reciclaje, rompiendo su economía circular y siendo eliminados como desechos en vertederos, lo que finalmente causa más contaminación de la que el planeta puede aguantar.

    "Este avance podría generar nuevas industrias de reciclaje amigables con el medio ambiente para recuperar el plástico PET en su totalidad, abriendo la puerta a la verdadera economía circular mediante biotecnología", aseguró Ramírez-Sarmiento.

    "Se podrían generar nuevas industrias de reciclaje amigables con el medio ambiente para recuperar el plástico PET en su totalidad.

    césar ramírez-sarmiento, investigador ibio"

    Sus orígenes

    La investigación fue impulsada por tres proyectos: dos del Instituto Antártico Chileno (INACH) y uno de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). El nombre inicial fue "Develando el potencial de actividad de degradación del PET en enzimas antárticas mediante ingeniería de proteínas". En él participaron César Ramírez-Sarmiento (Instituto de ingeniería biología y médica UC e iBio) y Beatriz Díez (Universidad Católica de Chile), además de cinco estudiantes de iBio. También participó la Universidad de Sao Paulo en Brasil y la Universidad de Leipzig en Alemania. La primera enzima descubierta en la Antártica fue publicada en 2022 en la revista Applied and Environmental Microbiology. Este hallazgo está ad-portas de ser enviado para la revista Protein Science.

    150 años podría demorar una bolsa plástica en degradarse. Una botella PET hasta 1.000 años.

    altas temperaturas Científicos sólo habían comprobado la degradación con mucho calor.

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