Carolina Collins

A paso lento, sin ansiedad, dice ella misma, Fran Straube ha ido avanzando en la internacionalización de su proyecto musical en solitario, Rubio. Un proceso que comenzó el año pasado y que la llevará en julio a Estados Unidos y luego a México, donde planea quedarse un par de meses.

Uno de los nombres más relevantes de la escena alternativa local, acaba de lanzar su EP "Índigo", en el que agrupó sus canciones "Buena Suerte Muchacha" y "Pasos de Gigantes". Ambos temas fueron parte del soundtrack de la serie mexicana "Señorita 89" (Starzplay), por lo que no quiso incluirlos en el disco que prepara y que terminará de grabar en su viaje a México.

"Estas dos canciones las tenía y se llevaban bien juntas, y aparecieron en una serie mexicana, 'Señorita 89', entonces ya estaban siendo lanzadas y el disco todavía no, entonces no podían ser parte", explica Straube. "El disco ya está avanzado, pero todavía no va a salir, entonces estaba bueno tirar este EP tristón, experimental antes de sacar la bomba del nuevo disco jajajá", añade.

Su colaboración con la banda sonora de "Señorita 89" abrió una nueva puerta profesional para quien fue baterista de Fármacos y Miss Garrison: el audiovisual. "Hace rato que Rubio está como sintonizando un montón en varias series de HBO, de Netflix, de Amazon, hay muchas series donde está Rubio. Y ha sido muy bonito porque es uno de mis sueños también meterme en el audiovisual, de hecho a raíz de que Rubio estuvo en esta serie estoy casi terminando la música para una película de Lucía Puenzo", cuenta sobre su trabajo con la directora argentina detrás de filmes como "Wakolda" y "XXY".

Música con vocación

Durante el primer año de pandemia, Fran Straube decidió irse a vivir al Cajón del Maipo. De esa especie de retiro en la naturaleza salieron las canciones de "Índigo" y también las nueve que ya tiene listas de su tercer disco como Rubio, sucesor de "Pez" (2018) y "Mango negro" (2020), que llevará por título "Venus & Blue".

Fue ese concepto el que usó como pie forzado para comenzar a crear los temas del álbum, que dice que toca distintas teclas y que "se pasea por las emociones". "Está muy prendido, también tiene melancolía, quizás en las letras, en la melodía, en los acordes. Yo igual soy súper melancólica, generalmente mis canciones son en una tonalidad menor, no soy tan mayor. Tiene feats interesantes; está bueno, me gusta harto el disco ahora que lo tengo casi listo", adelanta.

¿Cómo va tu proceso de internacionalización?

Ha sido lento igual, creo que estamos tan al fin del mundo que cuesta tanto, todo es tan precario y tan a pulso. Pero también me siento muy bendecida y agradecida de poder hacerlo y que Rubio llegue a otros lados, con lo de las series, las películas. Rubio es súper independiente, muy de boca en boca y aún así ha llegado a distintas partes del mundo. Me siento muy agradecida y con una convicción de que estoy haciendo las cosas bien, que las estoy haciendo desde el amor, sin ansiedad. La pandemia me sirvió un montón para calmar la ansias, esa ansiedad de ser vista quizás. Voy a donde me lleva el corazón y convencida de que esto tiene un peso, que hay algo adentro mío que no es liviano y que quiero seguir exportando.

¿Cómo se plantea una carrera de vocación alternativa en una industria como la nuestra?

Igual ahora fue el Primavera Sound en Barcelona y habían muchas bandas con guitarras, y tienen una vida, festivales y tienen circuito mundial y no son urbanos. Yo creo que en Chile está pasando que todo es urbano y si no es urbano estás fuera, pero eso es Chile y no porque Chile sea así voy a hacer reguetón siempre. Yo no hago música solamente para tener visitas en YouTube. Creo que hay una cosa más profunda en mí, con todo el respeto por los urbanos. Para mí lo más importante, porque al final yo hago música y yo estoy en este cuerpo, y en este espíritu, es que yo tengo que sentirme plena con mi arte. Entonces voy a hacer lo que me parezca honesto. Y el mundo es gigante, quizás por eso a Rubio le va mejor en otros lados, porque en otros lados sí hay escena alternativa.

"Es uno de mis sueños meterme en el audiovisual. De hecho estoy casi terminando la música para una película de Lucía Puenzo."

Tres meses después de que terminaran sus grabaciones, ayer Mega emitió el último capítulo de "Verdades Ocultas", que pasará a la historia como la teleserie más larga de la televisión chilena, con cinco años en pantalla.

Tras sorprendentes giros y saltos temporales, la teleserie tuvo minutos de tensión en su último capítulo, que fue tendencia en Twitter, donde no todos los espectadores quedaron felices con el desenlace. Tras la supuesta muerte de los villanos Mateo (Cristián Carvajal) y Gaspar (Cristián Arriagada), el último episodio de la ficción los mostró vivos y disfrazados como enfermeros en el parto de Olivia (Carmen Zabala), secuestrando a la guagua recién nacida. Este hecho fue uno de los más comentados en Twitter, porque deja un cabo suelto en la historia.

Por otro lado, Julieta (Javiera Díaz de Valdés) quedó internada en un psiquiátrico, sin la custodia de su hijo con Benjamín (Gabriel Urzúa), por lo que Rocío (Solange Lackington) recuperó al bebé y se lo entregó a su padre para que lo cuidara con Natalia (Constanza Araya).

Y hubo otro final feliz: el de Cristóbal (Matías Oviedo) y Martina (Camila Hirane), quien logró rescatar al primero cuando era trasladado a la cárcel para concretar el plan de vivir junto su amor, como prófugos. Fue en esa escena final que "Verdades Ocultas" sorprendió a sus seguidores, con la aparición de Leonardo (Carlos Díaz), el gran villano de la ficción, a quien los enamorados vieron a lo lejos.