• Texto busca explicar dónde nació y cómo se plantó la semilla que dio origen al #MeToo

    Las estadounidenses Rachel Vogelstein y Meighan Stone hacen una visión general y entrelazada de los diferentes movimientos de igualdad de género que existen en el mundo y lo muestran en su libro "Despertar".

    C. Infanta / Efe

    En octubre de 2017, un tuit de la actriz estadounidense Alyssa Milano dio la vuelta al mundo. "Si has sido acosada o agredida sexualmente, escribe 'yo también' como respuesta a este tweet". El mensaje recopiló millones de respuestas de mujeres que, bajo el hashtag #MeToo, rompieron en las redes el silencio de la violencia sexual.

    Sin embargo, para cuando Milano popularizó la frase, a raíz de la revelación de las acusaciones de acoso y abusos sexuales vertidas contra el magnate de Hollywood Harvey Weinstein, la activista social Tarana Burke ya llevaba utilizándola una década. Y en países como Brasil, China, Egipto, Túnez, Nigeria y Pakistán movimientos locales ya habían plantado la semilla que ayudó a germinar el movimiento que ha marcado un antes y un después en el feminismo actual.

    Esas luchas que dieron paso a la explosión del #MeToo son las que las estadounidenses Rachel Vogelstein y Meighan Stone recopilan y entrelanzan en Despertar (Ariel, 2022), un libro que pone foco en el notable impacto global del movimiento que, según las autoras, "ha desencadenado el ajuste de cuentas cultural más generalizado en los derechos de la mujer en la historia".

    "El legado más importante que deja el movimiento #MeToo es que las mujeres ya no están dispuestas a guardar silencio. Incluso en países donde ellas no han obtenido victorias legales o legislativas, #MeToo ha roto con el estigma que rodea a la agresión y el acoso sexual", dicen las escritoras en una entrevista.

    En Despertar, Vogelstein, que fue asesora de la Oficina de Asuntos Globales de la Mujer y miembro del Consejo de Mujeres y Niñas de la Casa Blanca durante la Administración Obama, y Stone, expresidenta de Malala Fund, cuentan cómo revoluciones locales como la de #ChegadeFiuFui (#BastaDePiropos) en Brasil o #EnaZeda (#YoTambién) en Túnez tomaron fuerza gracias a la valentía de quienes contaron sus experiencias de abuso y fueron arropadas por millones de personas dentro y fuera de las redes.

    "Lo que mostró el movimiento #MeToo es que las mujeres enfrentan violencia, agresiones y acoso en todos los países del mundo, incluso en aquellos con poderosos movimientos de mujeres o leyes que prohíben este abuso". México es un ejemplo de ello, que lucha con una alta tasa de femicidios, dicen las autoras.

    Pero también abordan la situación de Suecia, "un país que tiene algunas de las políticas más sólidas sobre igualdad de género en el mundo". "Sin embargo, #MeToo demostró que incluso el país más "feminista" del mundo aún no era igual para las mujeres, despertando a la población a la dramática escala de acoso y agresión sexual que enfrentan las mujeres en todos los ámbitos de la vida".

    Universalidad

    Vogelstein y Stone aseguran que aunque a menudo se considera que las desigualdades sociales están profundamente arraigadas en países y culturas particulares, Despertar revela cómo la desigualdad de género no está contenida en ninguna nación. "El #MeToo expuso la universalidad de las experiencias de abuso y acoso sexual de las mujeres en países con diferentes etnias, religiones, poblaciones y sistemas de gobierno".

    Este libro, enfatizan las estadounidenses, muestra que la velocidad y el alcance transnacional del movimiento #MeToo ayudan a distinguirlo de épocas anteriores y a explicar por qué el mundo está viendo cambios importantes en un período de tiempo relativamente corto.

    Y en este contexto, las redes sociales y las tecnologías juegan un rol importante. "En épocas anteriores, las victorias se obtuvieron solo después de toda una vida de organización: las mujeres de todo el mundo tardaron más de un siglo en obtener el derecho al voto y décadas en consagrar los derechos de la mujer en el derecho internacional. Hoy, gracias a los avances tecnológicos, el movimiento puede movilizar a millones en cuestión de semanas o incluso días", señalan.

    "Internet se ha convertido en la plaza pública del siglo XXI para las mujeres, especialmente en lugares donde su libertad está restringida y no pueden reunirse de forma segura en público, pero pueden publicar de forma anónima en línea. El resultado es un movimiento mundial de mujeres más diverso y poderoso que en cualquier otro momento de la historia", agregan.

    Las autoras creen que, al igual que con otros movimientos exitosos para el cambio social, "esta reacción negativa es una señal de progreso, una señal de que las normas, de hecho, están cambiando".

    Agregan que la investigación que expusieron en "Despertar" muestra que si bien el #MeToo comenzó como un grito de guerra, las líderes al frente del movimiento han ampliado la agenda mucho más allá de este tema. "Así como en Estados Unidos Rosa Parks y los organizadores de los derechos civiles se enfrentaron a la causa principal del racismo en 1955 al atacar una injusticia específica (autobuses segregados), las activistas de mujeres de hoy están utilizando el impulso creado por #MeToo para hacer campaña contra sistemas completos de desigualdad".

    "La reacción negativa es una señal de progreso, una señal de que las normas están cambiando.

    rachel vogelstein y meighan stone"

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