Agencia EFE / L. R. C.

Un exalumno de la escuela 175 de la ciudad rusa de Kazán, en el suroeste del país, entró ayer al colegio y en ocho minutos mató a tiros a siete alumnos, a una maestra y a una empleada del centro educativo, y dejó heridas a otras 21 personas. Tras ello, Ilnaz Galiáyev, de 19 años, se entregó a la policía.

"Tomé conciencia de que soy dios", dijo en un video del arresto, donde agregó que dentro de él se "despertó un monstruo" que comenzó a "odiar a todos".

Galiáyev usó una escopeta de repetición registrada. Con ella disparó a una sala de octavo. Tras ello salió de la escuela con los brazos en alto.

"Hoy ha ocurrido una gran tragedia para nuestra república y nuestro país", dijo al canal de televisión Rossía-24 el presidente de Tatarstán, Rustam Minninjánov,

En abril el autor del ataque había sido expulsado por mal rendimiento del instituto de formación profesional adjunto a la universidad TSIBI de Kazán. Cercanos lo identificaron como "tranquilo" y reservado.

El presidente ruso Vladimir Putin presentó sus condolencias a los familiares de las víctimas y ordenó al Gobierno elaborar "con urgencia" una nueva normativa sobre los tipos de armas que se pueden vender a la población.

El intercambio de fuego entre milicias palestinas de Gaza y el Ejército de Israel se intensificó ayer en la peor escalada de los últimos años, con al menos 30 palestinos muertos, entre ellos niños, y tres víctimas mortales en Israel.

Las milicias dispararon 130 cohetes hacia Tel Aviv, con lo que se suspendió el uso del aeropuerto de Ben Gurión. El brazo armado del movimiento islamista Hamás habían amenazado con atacar si Israel bombardeaba un edificio de 14 pisos en Gaza, que albergaba oficinas de sus dirigentes. Éste colapsó durante la tarde.