Natividad Espinoza R.

Para dar toques de sabor a sándwiches, salsas, pastas para untar o bien para picar mientras se ve una película o se toman unas cervezas. Para todo eso son perfectos los pickles, que además se dice que favorecen la digestión y refuerzan la inmunidad.

Santiago Infante, socio fundador de Radish (@radishchile), contó a hoyxhoy que hay dos tipos de pickles: los dulces y los salados. Y a partir del que se elija preparar "se puede jugar harto", precisó Infante, quien se dedica a la elaboración de encurtidos artesanales.

"Los dulces son los clásicos pepinillos dill de hamburguesas, pero también se pueden hacer pickles de frutas, aunque eso todavía no es muy común en Chile", explicó Infante.

En cuanto a los salados, que son más comunes, están los típicos pepinillos, los ajíes verdes y las cebollas, entre otros. "Éstos se parecen un poco más al escabeche que se hace acá", añadió.

En las dos variedades se puede ir cambiando la concentración de azúcar y sal e ir probando con distintas semillas, sabores y tipos de vinagre.

Para pickles de lujo

Para quienes estén interesados en entrar al mundo de los pickles, Infante dio algunos tips que ayudan a que queden más ricos.

No agregar polvos: los aderezos en polvo hacen que el líquido de los pickles quede demasiado denso, lo que hace que éstos absorban más de lo que deberían.

Cortar en pedazos chicos: cortar las verduras o frutas en pequeños trozos hace más rápido el proceso. Lo mismo ocurre al ponerles el líquido cuando aún está caliente. Así, los pickles pueden estar listos en una semana en vez de un mes.

Mantenerlos crujientes: los productos mantienen su textura y crocancia cuando antes de ser puestos en el líquido de encurtido se cortan y remojan en agua con hielo y sal durante una hora.

Ser creativos: Infante recomienda probar con distintos condimentos y vinagres para lograr sabores únicos. Todo es posible.