• Desmienten uno de los grandes argumentos del "Movimiento antijabón"

    El uso de este producto de higiene no deja a las personas indefensas frente a microorganismos peligrosos.

    Natividad Espinoza R.

    Que el uso de jabón elimina microorganismos que protegen el cuerpo humano de ciertas enfermedades es -junto con la idea de reducir la contaminación y el uso del agua- uno de los argumentos que suelen dar los adherentes al "Movimiento antijabón" para no incorporar ese producto en su rutina de higiene diaria.

    La idea nació en Estados Unidos, donde un grupo -que llamaba a no ducharse para combatir la falta de agua en el mundo- insistía en lavar la parte del cuerpo que se ensuciara solo con agua.

    Solo un mito

    El punto es que la creencia de que el jabón elimina microorganismos vitales no sería más que un mito. Esto, según el doctor en Micología y director de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Mayor, Víctor Silva, quien explicó a hoyxhoy que "el jabón no mata las bacterias que vienen con nosotros".

    Ahondando en el tema, el profesional explicó que "nosotros tenemos una microbiota -conjunto de microorganismos- que se puede clasificar en dos tipos: la permanente y la transitoria. La permanente es la que vive con nosotros muchos años, que comenzamos a adquirirla al momento que nacemos y la transitoria es aquella que adquirimos cuando tomamos contacto con distintos artículos".

    Precisó que el baño y el lavado de manos lo que hacen es ayudar a reducir las bacterias o microorganismos que forman parte de la microbiota transitoria, proceso que es más eficiente si el lavado se hace con jabón. Pero en ningún caso el jabón elimina la microbiota permanente, que es la que cumple el rol de protegernos de algunas amenazas externas, entre otras funciones beneficiosas para el organismo. Es más, al momento que una persona termina de ducharse empieza a proliferar nuevamente su microbiota.

    ¿jabones o piedras?

    Silva recomendó, siempre y cuando sea posible, usar jabón. De preferencia productos de PH neutro y que sean lo más amigables posible con el medio ambiente.

    "Lo importante es que el jabón genere espuma y ayude a que se levanten las células epiteliales para justamente erradicar los microorganismos que uno contrajo de forma accidental en la vida diaria", especificó el especialista.

    Respecto de si es posible reemplazar el jabón por elementos más naturales, sostuvo que hay personas que optan por el uso de piedras, generalmente de origen volcánico. "Éstas ayudan al barrido mecánico de los microorganismos que viven con nosotros, especialmente los transitorios. Ahora, ¿cuál es la dificultad del uso de piedras? Es que hay que tener el cuidado de que éstas no lesionen la piel, no produzcan microfisuras".

    Otra opción es hacer los propios jabones con productos naturales.

    Actualmente se imparten en Santiago varios cursos y talleres para aprender a hacer tanto este tipo de productos como shampoo y pasta de dientes que sean amigables con el medio ambiente.

    Más allá del uso de jabón, los olores corporales que tienen su origen en los pliegues -en zonas como axilas o pies- se deben a la acumulación de bacterias en esas zonas. Por eso, concluyó Silva, es importante tener una conducta higiénica frecuente.

    "Es importante tener una conducta higiénica frecuente y regular con o sin jabón.

    víctor silva, doctor en micología"

    las piedras pueden cumplir una función similar a la del jabón, pero hay que usarlas con cuidado.

    jabones naturales son más ecológicos que los que se suelen encontrar en farmacias y supermercados.

    la acumulación de bacterias y no el desuso de jabón es lo que genera malos olores en los pliegues.

  • Eligen a la primera parvularia como nueva Premio Nacional de Educación

    María Victoria Peralta tiene una trayectoria de 50 años en la docencia e investigación.

    Por primera vez en la historia de este premio, que se realiza desde el año 1979, una educadora de párvulos fue galardonada ayer con el Premio Nacional de Educación. Se trata de María Victoria Peralta, quien con 50 años de experiencia es profesora de música y actualmente académica de la Universidad Central y directora del Comité Chileno de OMEP (Organización Mundial de Educación Preescolar). En la década de los 90 se desempeñó como directora de la JUNJI (Junta Nacional de Jardines Infantiles).

    El jurado, liderado por la ministra de Educación Marcela Cubillos, argumentó que esta decisión unánime se basó en "su destacada labor de educadora y académica, que cuenta con más de 50 años de trayectoria como docente en aula, en niveles directivos y también como investigadora, en las áreas de la educación parvularia y superior".

    La académica ha publicado ocho libros sobre la historia de la educación infantil y las innovaciones culturales en ésta. Además participó en labores internacionales como consultora de Unicef y Unesco, donde ha realizado conferencias y seminarios sobre educación.

    Peralta dedicó el premio para "todos los niveles de educación parvularia".

    es la sexta mujer en ganar el Premio Nacional de Educación y la primera educadora de párvulo.

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