@kathysalosny

Ha ocurrido algo que es de la mayor gravedad en estos días, desde mi punto de vista. A veces siento que vivimos en un país en que todos somos niños o niñas que tenemos que mentir para no asumir nuestra responsabilidad.

Me refiero a la fallida donación de los órganos del joven Joaquín Bustos, quien falleció el domingo pasado de un aneurisma en Temuco, razón por la cual su familia avisó al personal del hospital para que sus órganos fueran donados, los que estuvieron disponibles desde las 3 de la tarde ese día.

Lo que sabemos es que un avión no estuvo disponible para su traslado con los protocolos que se requieren para ello. También que la Fach señaló que sí había un avión disponible. El Ministro de Salud Jaime Mañalich dijo que no habían aviones para su traslado y la familia y la madre de Joaquín Bustos lo denunció . Hoy esta negligencia está en la Contraloría, que revisará los protocolos que no se cumplieron. De verdad espero que se encuentren responsables y no sigamos en este jueguito del "no fui yo".

Mientras esto ocurría habían 6 pacientes compatibles que dependen de un órgano donado y que no pudieron recibirlos. Se perdió un corazón, dos pulmones, un hígado, un páncreas y dos riñones.

Actualmente, unas 2.004 personas están esperando un órgano en nuestro país. Este año sólo hubo 85 donantes y sólo 257 han sido recibido trasplantes.

El tema me indigna porque ha costado muchos años para que como sociedad tengamos conciencia de la importancia de ser donantes. Hoy por ley todos lo somos, cuando somos mayores de edad, a no ser que digamos lo contrario en una notaría. Esta ley existe desde 2010 y basta con que informes a tu familia que es esa tu voluntad.

La campaña para ser donante dice "Yo dono vida "y te invita a donar vida a ti y a la familia de una persona fallecida, lo que puede salvar la vida de miles de adultos, niños y niñas que dependen de un trasplante. No podemos pasar por alto esta negligencia ni que no se asuma la responsabilidad de quienes no hicieron su trabajo cuando se trata de la vida de otro ser humano.

Google tuvo que pagar $11 millones a 227 personas que postularon a trabajar en la empresa y que demandaron en colectivo al gigante de internet alegando discriminación, ya que al momento de las entrevistas, los examinadores usaron técnicas discriminatorias para negarles el trabajo a postulantes de 40 años o más. En uno de los casos, el examinador le pidió al postulante que le dictara una línea de código a través de una videollamada. El postulante dijo que eso reflejaba un "completo desprecio" por los trabajadores mayores de edad más susceptibles a la pérdida de audición. Se estima que cada demandante reciba cerca de US$35.000 en compensación. "Esperamos que después de esto la gente cuestione la discriminación de empresas en la contratación de gente de edad", dijo el abogado de los demandantes.

En la década de los 70, Gary George, un expasante de la NASA, pagó US$218 por una caja de cintas de video en una venta de excedentes del Gobierno, a fin de revenderlo a canales de TV. Sin embargo, al inspeccionar la caja vio que habían tres cintas ya usadas, etiquetadas como "Apollo 11 EVA". Él sabía que había hallado un tesoro y lo confirmó cuando la NASA anunció que había perdido los videos originales. Consciente de esto, Gary guardó los carretes hasta el 50 aniversario del Apolo 11 y organizó una subasta.Así, ganó US$1,8 millones.

El padre Oscar Díaz fue expulsado de una iglesia en California luego de que se encontraran más de US$95 mil en donaciones a la entidad en su casa. La investigación se inició luego de que se descubrieran US$18.000 en bolsas en el auto de Díaz tras un accidente automovilístico en el que estuvo involucrado. El arzobispo de la localidad dijo que dentro del dinero también habían fondos de otras parroquias y que no se presentarán cargos porque el enjuiciamiento sería difícil debido a la falta de claridad de la evidencia.

Cerca de seis horas tardaron Montserrat Monasterio (23) y Matías Pineda (27) en elaborar autorretratos fabricados exclusivamente con piezas de LEGO. Esta pareja de ingenieros industriales de La Reina declaró ser fan de estos bloques e hizo su obra maestra durante el Fun Fest. Según Montserrat, "empezamos a las dos de la tarde y terminamos a las ocho. Lo complicado era que cada 10 minutos teníamos que salir del juego para darles la oportunidad a otros y teníamos que volver a hacer la fila".