Diego Gotelli C.

Que un conductor deje su vehículo en los estacionamientos controlados de Providencia y que no se pueda ir porque no hay un trabajador a quien pagarle la tarifa, es algo que ocurre frecuentemente. Sólo durante abril, la oficina de atención de vecinos del municipio recibió 469 reclamos por la falta de cobradores en los servicios de parquímetros, ítem que fue lo segundo más protestado durante ese mes en la comuna.

"Es un patrón que se repite por meses. La empresa a cargo ha sido negligente", afirma el concejal Jaime Parada, quien ayer llevó el malestar ciudadano al concejo municipal para iniciar el debate sobre una solución definitiva al problema. Según acusa, la firma que hoy opera los 2.438 estacionamientos individuales concesionados de la comuna es la misma que lo hizo en la gestión de Josefa Errázuriz y ahí ya habría presentado falencias. Pese a ello, se volvió a adjudicar la nueva licitación a comienzos de este año por obtener el mejor puntaje entre los oferentes.

La acusación de mal servicio apunta a la presunta falta de personal para dar abasto en las zonas de estacionamientos, que serían áreas muy grandes que no tendrían suficientes cobradores. De acuerdo a datos municipales, de abril a junio se han cursado 68 multas por "no operar las calles" y "no ingresar autos al sistema", acumulación de faltas que según el contrato de concesión podría llegar a provocar que se rescinda el vínculo por "graves y reiterados incumplimientos" del servicio.

"La empresa hace lo que quiere y pese a que se le está multando semanalmente aún así sigue actuando como quiere", reclama Parada, quien en su intervención de ayer propuso al concejo finiquitar el vínculo con la firma en cuestión.

Consultada al respecto, la alcaldesa Evelyn Matthei afirma que "se está evaluando el desempeño de la empresa y no descartamos que de existir incumplimos graves lo tomemos de forma directa". Aquella decisión podría comenzar a tomarse la próxima semana, cuando el concejo vuelva a sesionar y se les informe a sus integrantes las opciones que se tienen para eventualmente rescindir el contrato y el valor de las multas administrativas que la municipalidad le ha cobrado a la empresa.

En esa instancia, Parada anuncia que impulsará la idea de "internalizar" el servicio, es decir, que sea el mismo municipio el que opere los estacionamientos en superficie de la comuna. "Es algo complejo, pero somos un municipio que tiene un capital humano que puede pensar en estas cosas", señala, añadiendo que la opción de relicitar no le convence ya que "las empresas que controlan los estacionamientos de superficie en Chile están ligadas a muy pocas personas y, por lo tanto, el oferente que nosotros tenemos cuenta con varias empresas que funcionan de la misma forma, en general muy mal".

2.438 estacionamientos individuales de superficie tiene concesionados el municipio.

469 reclamos recibió en un mes el municipio acusando mal servicio de los parquímetros.

68 multas se han aplicado a la empresa por falencias en el cumplimiento del contrato.

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Por Paulina Flores

Aníbal. Vive en Ñuñoa, trabaja como abogado y está escribiendo una novela: "Siempre me había gustado leer, pero fue cuando estaba en la universidad que me picó el bichito por escribir. Empecé con un blog en internet, pero al poco tiempo me dio demasiada vergüenza mostrar lo que escribía y lo borré. Y ni siquiera es que tuviera tantos lectores, porque sólo lo compartía por Facebook. Los talleres literarios me ayudaron a soltarme y mostrar más lo que escribía. Tomé varios talleres después de titularme. Siempre veía que habían talleres gratuitos y un día decidí inscribirme. Era de una sola sesión, pero aprendí mucho. Así que después me inscribí en uno que duraba más tiempo. Alcancé a escribir dos cuentos cortos e hice muy buenos amigos. Después me metí a uno de novela. Tenía varias ideas acumulada con los años y pude escribir los dos primeros capítulos. Después de terminar el taller seguí escribiendo. Iba súper bien, me gustaba mucho la historia y los personajes. Pero después mi vida cambió y no pude seguir dedicándole tiempo. Este año volví a retomarla. Después de una junta con los compañeros del primer taller al que asistí. Trabajo en ella todos los sábados y domingos. Para ponerme un deadline, me impuse postular a los concursos del Fondo del Libro. Cierran luego y estoy editando los últimos detalles. Si me la gano sería un gran estímulo. Pero como tampoco me gusta hacerme ilusiones, ya me prometí que voy a seguir trabajando para terminarla me gane o no el fondo".

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