Javiera Palta Olmos

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) entregó ayer las cifras actualizadas sobre el estimado de extranjeros residentes en Chile, lo que se elaboró en base a los datos del Censo 2017 y registros administrativos proporcionados por el Departamento de Extranjería y Migración (DEM), la PDI, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Registro Civil e Identificación.

Según el Gobierno, los residentes migrantes llegaron a 1.251.225 personas hasta el 31 de diciembre de 2018, de los cuales el 51,6% son hombres. Esto es casi dos puntos más que lo indicado en el Censo de hace dos años.

Álvaro Bellolio, jefe del DEM, informó que el 6,6 % de la población es extranjera. "Llegamos al máximo histórico de la inmigración, ya no hay cifras preliminares, somos probablemente el país de Latinoamérica con más extranjeros de la zona", dijo.

El análisis arrojó que cerca del 60% de los residentes foráneos tienen entre 20 y 39 años. Sin embargo, el dato inédito es que la población venezolana llega a 288.233 personas, lo que representa al 23% del total de extranjeros, convirtiéndose en la colonia residente más masiva en Chile, desplazando a los peruanos, con 223.923 habitantes.

"Esto es algo que era impensable hace cinco años", comentó Bellolio.

El informe puso en tercer lugar a la colonia haitiana, con 179.338 personas. En cuarto a los colombianos, con 146.582; en quinto a los bolivianos, con 107.346; y finalmente a los argentinos, con 74.713. Estas últimas nacionalidades hasta hace unos años ocupaban el podio.

La cifra total de la población extranjera aumentó en un 67% respecto a la que reveló el Censo del 2017.

El director de la INE, Guillermo Pattillo, calificó estos antecedentes como "absolutamente esenciales". "Es un esfuerzo único que por primera vez se hace", dijo en alusión a las distintas bases de datos trabajadas.

"Si nosotros no sabemos cuántos migrantes hay en Chile lo que estamos haciendo es invisibilizar una realidad profunda de lo que es la sociedad moderna. Lo que estamos haciendo hoy es avanzar en visibilizar a esta realidad", comentó el ministro (s) del Interior, Rodrigo Ubilla.

La autoridad agregó que esperan tener los datos actualizados anualmente y detallar su representatividad regional.

Migrantes dudan

Maylin Naveda, fundadora de la organización Venezolanos en Chile, se mostró sorprendida ante los resultados, pero porque cree que son más que los indicados.

"Cuando se realizó el plebiscito venezolano en 2017 se decía que había más o menos esa cantidad en el país", explicó la dirigenta. Como ha pasado más de un año y la emigración se ha intensificado por la crisis social que aqueja a ese país, sospecha que ya hay 400 mil de sus compatriotas en Chile.

"(El informe) es en base a personas que tienen estatus migratorios, eso me preocupa mucho, porque si esto es así y nosotros teníamos estimados 400 mil venezolanos aquí, podemos llegar a pensar que hay más de 100 mil personas sin tener documentos de identidad, sin aún tener una visa temporaria", planteó. Añadió que desconocen si estos compatriotas tienen todavía documentos necesarios para hacer la solicitud de residencia.

El presidente de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, Rodrigo Noriega, también dudó de la cifra entregada por el INE. "Luego de los resultados de la Casen y del Censo, donde hablaban de 770 mil migrantes en el país (…) considerar que en el último año han entrado más de 500 mil personas es realmente una cifra que no se acerca a la realidad", estimó.

Sobre la predominancia venezolana, el dirigente de origen peruano dijo que da cuenta de una situación que nadie puede negar, pues "personas de nacionalidad principalmente venezolana todos los días pugnan por entrar a chile". "Lo preocupante es si el país va a generar las posibilidades para que estas personas puedan hacerse parte de la realidad chilena", cerró.

51,6% de la población migrante en Chile son hombres, superando cifras del censo.

población joven Según los datos, la mayoría de los extranjeros residentes tienen entre 20 y 39 años.

Por Paulina Flores

José Miguel. Vivió con su Familia en Los Molles hasta los 18 años. Estudió cocina en Santiago, donde vive y trabaja hasta el día de hoy: "Pero siempre vuelvo. Un fin de semana cada dos meses por lo menos. Necesito estar cerca del mar, es como si estuviera fuera de mi elemento natural. Como dice el dicho, me siento como pez en el agua. Allá la vida es muy tranquila, casi todos se conocen con todos y en invierno es precioso porque no hay turistas. Pero el problema es que no se puede aspirar a desarrollarse profesionalmente por lo mismo. Mi mamá trabaja de toda la vida en la clásica pescadería de acá, y por eso desde chico tuve una cercanía con los productos del mar. A mi hermana chica no le gustan ni los pescados ni los mariscos, porque no se podía sacar el olor de encima después de ayudar a mi mamá en el negocio, pero a mí siempre me fascinó y la acompañaba a vender con gusto. La defendía de las avispas que siempre andan molestando. A veces hasta se meten dentro de los pescados y la gente después reclamaba cuando los iban a cocinar y se los encontraban. Me gustaba también el contacto con los pescadores y les hacía preguntas. Aprendí a filetear y a diferenciar los tipos de peces y mariscos. Yo creo que por eso quise estudiar algo relacionado con la comida. Mi madre es una mujer muy esforzada. Además siempre he pensado que teniendo Chile tanta riqueza de sabores marinos, no se les da el protagonismo que merecen. A mi mamá siempre le enseño distintas preparaciones, aunque ella ya también está media chata de tanto pescado y hasta los ostiones la aburren. El ceviche que más le gusta es el thai con leche de coco".

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