Pamela Serey A.

Al de adquirir un nuevo electrodoméstico, seguramente las primeras preocupaciones serán su diseño y capacidad, pero hay otros aspectos que también se deben tomar en cuenta, pues afectan directamente al bolsillo. Por lo mismo, es necesario saber qué tan eficiente es el producto. Es decir cuál es la capacidad de un electrodoméstico de realizar todas sus funciones con el menor consumo de energía posible. Y es eso lo que finalmente marca la diferencia en la cuenta de la luz a fin de mes.

"La vida útil de un electrodoméstico es superior a los 10 años, por lo que el ahorro a lo largo de este tiempo puede ser muy alto. La diferencia entre aquellos que usan electrodomésticos antiguos y quienes usan los de clase A o superiores es grande, en términos económicos y medioambientales", explicó Pamela Castro, especialista de Línea Blanca de LG Electronics.

Mirar la letra

Lo primero que se debe tener en cuenta es la clase energética que va desde la A a la D. Una diferenciación que también se hace por colores que van de verde a rojo, es decir, de mayor a menor eficiencia. Además, hay una subdivisión en la categoría A (A+, A++). El color verde indica la máxima eficiencia energética y cuidado del medio ambiente y el rojo, lo contrario.

Cuando está apagado

Todos los electrodomésticos que estén conectados a la electricidad, consumen energía, incluso cuando no se están utilizando. Por ejemplo, un televisor estándar de 32 pulgadas, en modo activo, puede consumir hasta 26 Watts, mientras que en modo espera, es decir, que no está en uso, pero sí conectado a la corriente, consume 0,2 Watts. En el caso de los refrigeradores, es mínimo este gasto, por lo que es casi imperceptible.

A largo plazo

Antes de comprar un electrodoméstico se puede saber cuánto será su consumo aproximado de energía durante un año. Este número se basa en un test estándar que es importante saber. Además, hay que ubicar correctamente el producto, siguiendo las indicaciones de instalación del fabricante, para que su uso sea el correcto.

Por último, en las etiquetas también aparece otro tipo de simbología puede variar dependiendo del producto. Por ejemplo, la de un refrigerador añade su capacidad para congelar o el volumen útil del compartimento refrigerado en litros. En este caso el consumo de energía dependerá del clima o del uso que le dé al producto cada usuario.

"Elegir un electrodoméstico eficiente ayuda a ahorrar energía y por lo tanto la cuenta de la luz saldrá más conveniente. Además, un electrodoméstico bien calificado aporta en el cuidado del medio ambiente, un tema muy importante y del que las personas cada día están tomando más conciencia", dijo Mónica Peralta, product manager de Panasonic Chile.

"La vida útil de un electrodoméstico es superior a los 10 años, por lo que el ahorro estimado a lo largo de este tiempo puede ser muy alto".

pamela castro"

por álvaro peralta / @dontinto

Si uno se pone a hacer memoria sobre lo que vivió en diciembre, e incluso en una parte de noviembre, la verdad es que se agota y además siente una leve presión en el cinturón. Es que la lista es larga. Hubo paseos de fin de año en los colegios, fiestas de graduación (¡hasta de kinder!), fiestas de amigo secreto en las oficinas, comidas de fin de año en las ligas de futbolito, Navidad, Año Nuevo y seguro no faltó el desubicado al que se le ocurrió casarse en esta época. Y a todo esto hay que sumarle el cansancio que uno trae acumulado del resto del año, lo que nos deja partiendo enero aún más cansados y -más encima- "pesaditos".

Sí, porque han sido más o menos seis semanas de comer y beber en forma desordenada y abundante. Bueno, es que si a uno le dicen que el fin de año es para celebrar, acata la orden y lo hace como es debido. ¿No? Total, se supone que tenemos ahora todo el verano para recuperarnos. Una mentira, claro, porque nada de eso pasará. Aunque, seamos honestos, por estos días tampoco tenemos muchas ganas de mandarnos una bacanal. De alguna manera, el cuerpo nos pide un descanso. No dieta ni una conversión al veganismo, pero sí sacar la pata del acelerador por unos días. Ojalá una semana.

Y justamente para ayudarlos en este propósito va la receta de hoy, que no lleva más que verduras, sal, pimienta y aceite de oliva. Más sano, imposible. Por lo mismo, el huevo frito es opcional.

"Han sido seis semanas de comer y beber desordenado, lo que nos deja partiendo enero cansados y 'pesaditos'.

Ingredientes (Para 4 personas)

- 4 zapallos italianos

- 2 berenjenas

- 1 pimiento verde

- 2 cebollas

- 4 dientes de ajo

- 3 tomates grandes y maduros

- 4 huevos

- Sal, pimienta y aceite de oliva

Lavar, secar y picar los zapallos italianos en cubos pequeños y reservar. Hacer lo mismo con las berenjenas. Lavar el pimiento y secarlo, eliminar semillas y nervaduras y picar también en cubos y reservar. Pelar las cebollas, cortarlas en cubos pequeños y reservar. Pelar los ajos, picarlos lo más pequeño posible y reservar. Pelar los tomates, cortarlos en cubos y reservar (si tienen muchas semillas, desechar una parte, pero el jugo que hayan botado no). Luego, calentar un poco de aceite de oliva en un sartén grande y comenzar a rehogar los zapallos italianos y las berenjenas con una pizca de sal. Una vez que comiencen a dorarse y ablandarse agregar la cebolla y el pimiento. Seguir rehogando y revolviendo para que las verduras vayan tomando color por unos diez minutos. Si se seca un poco la mezcla, agregar un poco más de aceite de oliva.

A continuación agregar el ajo y los tomates (jugo incluido) más otra pizca de sal y algo de pimienta. Revolver todo muy bien y ahora bajar el fuego y cocinar así por unos 20 minutos o hasta que la mezcla haya reducido un poco. Finalmente, corregir de sal si fuese necesario y servir en un plato con un huevo frito encima.