Joël Robuchon, el primer chef que sacudió al mundo de la alta cocina francesa cautivando paladares con el placer de un simple puré de papas, falleció ayer a los 73 años en Ginebra.

Su carrera fue de superlativos: nombrado entre los mejores artesanos en Francia en 1976, coronado como cocinero del siglo en 1990, elegido como uno de los cocineros de la "cena del siglo" y, por muchos años, el chef con más estrellas de Michelin en todo el mundo.

Robuchon construyó un imperio de restaurantes gourmet alrededor del mundo, de París a Tokio, Las Vegas y Nueva York.

"Describir a Joel Robuchon como un cocinero es casi como llamar a Pablo Picasso un pintor, a Luciano Pavarotti un cantante, a Frederic Chopin un pianista", escribió la reportera culinaria Patricia Wells en "L'Atelier de Joel Robuchon", un libro sobre el chef y sus estudiantes.

De acuerdo a medios locales, ayer murió el último de los 11 rinocerontes negros que fueron trasladados hace un mes al parque natural de Tsavo Este, en Kenia. Los ejemplares habían migrado desde el lago Nakuru y del Nairobi National Park al área antes mencionada, en el marco de un plan en el que participó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), y que buscaba crear espacios seguros para estos animales en peligro de extinción.

Sólo una semana después del traslado -que se hizo a principios de julio- empezaron a morir los animales, lo que fue catalogado como un "desastre total" por conservacionistas.

La población de rinocerontes en Kenia se cifró en 1.258 en 2017, lo que pese al riesgo de extinción supone un alza desde los años 80, cuando sólo había unos 400 ejemplares.

Un telescopio ubicado en Canadá detectó una poderosa señal de radio que golpeó la Tierra desde un punto desconocido de la Vía Láctea. De acuerdo al astrónomo Patrick Boyle, de la Universidad McGill de Canadá, el evento se registró el pasado 25 de julio, cuando la máquina captó un rápido estallido de radio que, según expertos, tuvo un rango de frecuencias de 580 megahertz, siendo la primera vez que se detecta una ráfaga rápida de radio (FRB) de menos de 700 megahertz. La relevancia de este evento radica en que "los FRB son como linternas increíblemente poderosas. Creemos que pueden penetrar la niebla interestelar; se pueden ver a grandes distancias. Esto podría permitirnos estudiar el 'amanecer' del Universo de una nueva manera", explicó la experta Anastasia Fialkov, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, a Science Alert.