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Gatos ferales: a hacerse cargo
por francisca corral / @FranCorralS
¿Han visto gatos que no se acercan a las personas? ¿Esos que te ven, corren y desaparecen? ¿Esos que no aceptarían jamás el contacto humano, ni una caricia, ni te regalarían un ronroneo? Pues esos gatos tienen nombre y se llaman gatos ferales. Ellos han sido abandonados por sus familias humanas, se han perdido o han nacido en el abandono. Al no tener contacto durante un período prolongado, los gatos se asilvestran o pierden la sociabilización. No es lo mismo que un gato abandonado en la calle ya que uno de ellos podría perfectamente vivir en una casa y ser la mascota más cariñosa de la tierra. Se llaman ferales por su conducta, no porque sean animales que atacan, ya que un gato siempre preferirá huir de una persona a atacarlo. Una madre feral le enseñará a sus gatitos a evitar a los humanos y a defenderse para poder sobrevivir, pero ellos pueden ser capturados y socializados para luego ser puestos en adopción.
Se estima que la ventana de socialización es entre las 7 semanas y los 4 meses de edad. A pesar que algunos gatos mayores se pueden socializar, el proceso es largo y difícil, y el gato raramente se torna amistoso. Por el contrario, suele permanecer siempre temeroso.
¿Qué podemos hacer entonces por ellos?
Lo primero es que si vemos cachorros tomarlos para que empiece rápidamente su proceso de sociabilización antes que sea demasiado tarde. Lo segundo, y más importante, es ayudar a controlar su población. Esto se hace a través de un método llamado TNR, por sus siglas en inglés, que significa trap-neuter-return: atrapa-esteriliza-devuelve, y es el único método humanitario comprobado y efectivo para controlar el crecimiento de las poblaciones ferales de gatos.
Como lo dice su nombre, el método consiste en atrapar a estos gatos con jaulas especiales, esterilizarlos y luego del post operatorio devolverlos a su lugar. Con esto esa colonia de gatos controlará su natalidad reduciendo el número y evitará los comportamientos indeseados de ellos como las peleas, la excesiva vocalización y el olor a orina proveniente del marcaje de territorio, todas relacionadas a conductas propias del celo.
Es triste, pensarán ustedes, devolver a un gato a la calle, pero es la única opción. Los adultos jamás serán un animal socializado, a lo más permitirán la presencia de quienes los alimentan. Además se evitan el nacimiento de miles de gatos más y por lo tanto el sufrimiento de la calle. De hecho es precisamente la falta de implementación de estas políticas, que han nacido las miles de gatos que hay en nuestro Santiago. Lo bueno es que si toman la decisión de ayudar pueden pedir ayuda de la fundación TNR Chile, que se dedica precisamente a esto.
Así que ahora no hay excusas para no ayudar, darles comida de seguro sirve, pero antes hay que controlar que no sigan naciendo más y para eso hay una opción real y fácil de hacer. Ojalá nuestros municipios se hagan más conscientes de los problemas de las comunas y podamos ayudar tanto a los gatos como a quienes seguramente no están tan contentos con la presencia de estos peludos de pocos amigos que dan vuelta por la ciudad.
"El TNR es el único método humanitario comprobado y efectivo para controlar el crecimiento de las poblaciones ferales de gatos.
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Conozca qué opciones financieras tiene tras jubilar
Expertos recomiendan consultar en su banco cuáles son las restricciones por edad si, por ejemplo, quiere sacar una tarjeta.
Camila Espinoza L.
Hace algunos días, la profesora normalista Ilka Soza, de 78 años, contó en una carta en El Mercurio que el banco en el que había estado por casi 30 años rechazó su petición de renovar su tarjeta de crédito, argumentando que no se la daban por su edad. Un testimonio similar entregó el Premio Nacional de Ciencias 2007, Miguel Kiwi, de 80 años. El académico y director del Departamento de Física de la Universidad de Chile contó que fue invitado a un congreso internacional, pero que no podía reservar un hotel o arrendar un auto, porque su banco no le daba tarjeta.
Los casos generaron debate. La Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) informó que la decisión corre por cuenta de cada banco. Sin embargo, esta semana el propio Presidente Sebastián Piñera aseguró que el tema se revisaría y que no se iba a permitir que se discriminara por edad.
¿Cuáles son entonces las alternativas financieras después de la jubilación?
Según Cristián Echeverría, director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de U. del Desarrollo, los clientes deben consultar en su banco las condiciones que tendrán al jubilar, pues así saben "cuánto le van a reducir su crédito cuando se jubile y por cuánto tiempo le van a mantener las tarjetas".
Recalca que así las personas pueden tomar decisiones y buscar entre diferentes entidades financieras la mejor.
Añade que, al solicitar un crédito, es clave negociar: "Sugeriría a quienes tengan un Ahorro Previsional Voluntario (APV) o saldos más allá de la pensión calculada, de libre disponibilidad, o que cuenten con un ahorro, que parte de ese dinero lo pudieran tomar como depósito a plazo y negociar con su banco, por adelantado, que le mantengan una tarjeta de crédito o una línea de sobregiro hasta por el monto de la garantía otorgada".
Francisco Aravena, académico de ingeniería comercial y director del Centro de Economía Aplicada de la Universidad San Sebastián, plantea que "tratar de buscar créditos garantizando capital con bienes raíces, es otra opción".