Diego Gotelli C.

En la Región Metropolitana viven 767.377 adultos mayores, que corresponden al 11% del total de capitalinos de acuerdo al Censo. Una cifra que debido a la tasa de envejecimiento actual de la población irá al alza con los años, a diferencia de lo que ocurre con los médicos para ese grupo etario.

Según el Registro Nacional de Prestadores de Salud, elaborado por la superintendencia de la cartera, a la fecha hay sólo 56 geriatras que habitualmente se desempeñan en la capital, es decir, un especialista por cada 13.700 adultos mayores. A nivel país, los médicos suben a 104, pero la proporción baja a un geriatra por cada 19 mil personas.

Internacionalmente, la relación sugerida para el rubro es de un geriatra por cada cinco mil personas, proporción que para ser cumplida en la región requeriría triplicar los especialistas hasta los 153.

"Nuestra especialidad es una de las que tiene las brechas más grandes en déficit de especialistas en medicina", afirmó Homero Gac, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile.

Para peor: según el gremio, varios de los registrados no cursaron la especialidad, sino que por su experiencia en el rubro se les otorgó el título.

"Uno va al hospital y no encuentras geriatras. Encuentras médicos que te atienden 10 minutos, te dan una receta y hasta luego. El adulto mayor que tiene recursos puede buscar un privado, pero la mayoría no se puede dar ese 'gusto'", criticó Francisco Iturriaga, presidente de la Unión Nacional de Pensionados.

En el gremio apuntan como motivo del déficit a lo reciente que es la especialidad, pero también ven poco interés de las universidades y hospitales por fomentar la profesión. "No se tomaron las medidas a tiempo", lamentó Gac.

A nivel académico, cinco universidades tienen la geriatría entre sus cursos, pero su estudio puede durar hasta 12 años, entre los distintos niveles desde médico general hasta la especialidad. A ello se suma la falta de académicos con experiencia en el rubro.

En materia laboral, en tanto, los especialistas acusan que hay pocos espacios para geriatras en el sistema público. "Para tener astronautas uno primero tiene que tener cohetes, o sea, si se quiere gente interesada en el tema tiene que tener lugares donde ejerzan", enfatizó Gac.

Como solución, el Presidente Sebastián Piñera prometió en campaña aumentar un 50% la formación de geriatras. Para ello el Ministerio de Salud analiza extender las Unidades Geriátricas de Agudos en hospitales públicos.

Hasta que se concrete, los mayores ven en el aumento de médicos extranjeros una medida rápida. "A los médicos jóvenes ya no les interesa seguir esta especialidad", argumentó Iturriaga. En la RM hoy trabajan 4 geriatras foráneos.

déficit de geriatras en la RM es de 97 especialistas. Para cumplir lo recomendado se debe subir de 56 a 153.

hasta seis meses puede durar el proceso de acreditación para un geriatra extranjero tras aprobar el examen Eunacom.

Por Paulina Flores

Ángel Cardemil. Vive en Talagante, es profesor de matemáticas y trabaja en el mismo colegio hace más de diez años. El viernes recién pasado, y por indicación del Ministerio de Educación, asistió a la jornada de reflexión para pensar en torno a la educación: "Yo llevo muchos años en este oficio, en distintos establecimientos. Han cambiado los términos, ahora se habla de 'innovación', 'diversidad', 'inclusión', pero siempre es lo mismo: a las 8:30 se empieza con mucho animo y esperanza, luego, a las 15:00 ya todos están cansados de discutir y se quieren ir a sus casas. Es que hay profesores que se ponen a dar la lata con anécdotas repetidas y de hace mil años, diciendo que en 1982 los contenidos y las metodología eran mucho mejores. También están los profesores jóvenes e ilusos que quieren hacer la revolución pasando las tablas de multiplicar. En lo que coincidimos todos es en pelar a los alumnos: que a Funganito le pasó tal cosa, que la mamá de no se qué alumna hizo tal otra. Después vienen los pelambres entre profesores y ahí la cosa se pone más tensa".

"A lo que voy es que toda comunidad escolar es compleja, es un micro mundo y es muy difícil ponerse de acuerdo y avanzar todos juntos en temas tan relevantes para la sociedad. Por eso creo que no basta sólo con que el ministerio mande preguntas para trabajar en grupos. Esos mismos archivos con discursos de buenas voluntades debieran venir acompañados de personas de carne y hueso, especialistas, para dirigir y potenciar la discusión, y también con capacitaciones para los profesores. No pierdo la esperanza de mejorar el sistema, pero sólo así se puede pensar a largo plazo y exigir mejoras".

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