Michael Seguel P.

El Papa Francisco es descrito como un Papa sencillo desde que asumió en 2013 como máximo representante de la Iglesia Católica. Aparte de ser amante de San Lorenzo, donde hoy juega el chileno Paulo Díaz, también destaca por la preparación de los asados, algo que lo caracterizaba desde sus años de estudio para ser cura.

"Lo vi un par de veces hacer uno en día domingo; preparando el asado y sobre todo los chunchules, que son cuestiones bien argentinas. Ahora le digo al tiro; no hay ninguna posibilidad de que acá en Chile le hagamos un asado", dice entre risas el sacerdote jesuita Fernando Montes, quien no sólo compartió con Jorge Bergoglio en Chile, sino que también en Argentina, donde el sacerdote fue provincial de la Compañía de Jesús entre 1973 y 1979.

"No habrá tiempo ni para un café", asume Montes sobre la posibilidad de conversar más largo con él en la visita que realizará al país entre el 15 y 18 de enero, donde estará en Santiago, Iquique y Temuco.

Aclara, eso sí, que de todas formas se comunican por correspondencia tres o cuatro veces al año, para hablar de temas de la Iglesia Católica o enviarse libros religiosos.

Bosque de los asados

Otro que probó su mano para la parrilla es el sacerdote Jorge Delpiano, quien compartió con Bergoglio cuando estudió en Chile en 1960. Hoy radicado en Concepción, comenta que se notaba su gusto por el entrecot. "Como buen argentino, le gustaban los asados, preparaba el carbón, limpiaba la parrilla y tiraba las carnes", dice.

Montes aclara que la vida de los estudiantes de cura no era pura comida, eso sí. "Era una especie de vida monástica. No era una vida universitaria como hoy se conoce", recuerda sobre el intercambio de aspirantes a sacerdotes de Bolivia, Argentina, Chile y Perú.

Recuerda que él siempre iba a "directo" a la carnes, mientras estaba en Argentina con Bergoglio.

"Yo sólo me preocupaba de comer las carnes. Nada de chunchules o prietas. Me acuerdo que siempre los chilenos veíamos cómo los argentinos hacían los asados. Incluso, siempre hablaba de San Lorenzo, aunque yo no entendía mucho de fútbol", dice Montes.

Tanto Delpiano como Montes recuerdan los espacios de descanso de las clases en 1960, como las instancias en que Bergoglio se olvidaba de la seriedad que había que tener en el aula.

"Había una zona dentro de la casa donde estuve en Buenos Aires, que le decían el bosque de los asados. Todos los jueves los argentinos se iban turnando para preparar la comida para todos los estudiantes que queríamos carne. Nos reíamos mucho ", recuerda Montes.

2013 salió el humo blanco que nombró Papa al obispo argentino Jorge Bergoglio.