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Cocinando con niños
por álvaro peralta / @dontinto
Se acaban las vacaciones de invierno de los más pequeños de la casa, pero aún quedan un par de jornadas para aprovechar de armar algún panorama junto a ellos. Y aunque suene raro -o para algunos incluso aburrido- no es mala idea cocinar en compañía de los hijos. Sí, porque cuando uno prepara alguna receta junto a niños pequeños -y deja que éstos colaboren en algunas tareas simples- logrará inmediatamente captar su atención.
Además, durante el desarrollo de una receta es bastante fácil asociar conceptos relacionados con operaciones matemáticas, biología y mucho más. Por otra parte, los niños aprenden en la cocina a ser pacientes, porque no les queda otra que esperar para que finalicen procesos como horneados, leudados, hervores y otros.
Por último, para los menores malos para comer o que tienen muchas mañas con respecto a su alimentación, si uno los hace partícipes de todo el proceso de elaboración de la comida, muchas veces se entusiasman y acceden a comer incluso lo que en ocasiones anteriores han rechazado. Y como si todo esto fuera poco, lo cierto es que ante los alarmantes índices de obesidad infantil que tenemos en Chile, la verdad es que se hace más que necesario que los niños se relacionen de una manera consciente y responsable con la comida.
Entonces, ¿qué hacer? Bueno, en la medida de nuestras posibilidades, habilidades y tiempo libre; invitar a los niños a la cocina. Puede ser a preparar un simple desayuno, a lavar una lechuga para la ensalada del almuerzo o tal vez que nos ayuden a poner la mesa. Todo sirve y todo ayuda. Y créanme, lo pasan muy bien y se motivan con este tipo de actividades. De hecho, cuando con mi hijo preparamos pizza en casa, éste se queda casi hipnotizado mirando a través del vidrio de la puerta del horno cómo el queso se va fundiendo y el resto de los ingredientes se transforman con la temperatura.
¿Otras recetas para desarrollar con los niños? Bueno, nada que sea peligroso para ellos, eso es obvio. Pero se pueden hacer pasteles, sandwiches fríos, mermeladas, galletas y mucho más. Por lo mismo, hoy les dejamos un clásico para cocinar en familia: queque de zanahoria. Y si le gusta a los niños, se lo llevan al colegio como colación para su primer día de clases de vuelta de vacaciones.
"Los niños aprenden en la cocina a ser pacientes, porque no les queda otra que esperar para que finalicen procesos como horneados, leudados y hervores"."
Que los niños tomen agua
No se trata de que nuestros hijos no conozcan las bebidas de fantasía o los jugos. Sin embargo, es bastante recomendable que habitualmente beban agua, sobre todo para acompañar sus comidas. Esto, porque bebidas y jugos son tan dulces que a la larga los niños no encuentran nada tan dulce como estos líquidos y terminan rechazando incluso hasta las frutas más dulces porque las encuentran "desabridas".
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Ingredientes (Para 12 queques individuales)
3 tazas de harina integral
¼ taza de aceite de maravilla
2 tazas de zanahoria pelada y rallada fina
4 huevos
3 cdtas. de polvos de hornear
1 taza de leche semidescremada
½ taza de miel
¼ de vaina de vainilla (molida en mortero)
2 cdtas. de canela en polvo
1En un bowl grande mezclar todos los ingredientes secos. Es decir harina, polvos de hornear, vainilla y canela.
2Luego agregar la zanahoria rallada y los huevos (de a uno), revolviendo muy bien para que los ingredientes se mezclen adecuadamente.
3Después, agregar la miel, mezclar bien y finalmente verter sobre la mezcla el aceite y la leche. Seguir revolviendo hasta que la mezcla sea uniforme, levemente espesa, pero que gotee con facilidad.
4A continuación pintar el interior de los moldes individuales con una toalla de papel con aceite de maravilla y después rellenar cada uno de éstos hasta la mitad.
5Meter al horno caliente por media hora, pasado ese tiempo meter un mondadientes en un queque y si éste sale limpio sacarlos todos del horno. De lo contrario, darles diez minutos más.
Esperar que se enfríen a temperatura ambiente, desmoldar y servir.
La receta de hoy | Queque casero integral