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La burbuja educacional
por constanza michelson / @psicocity
Me topé casualmente con una oferta laboral, era para el mismo cargo y lugar que fue uno de mis primeros trabajos, hace ya unos quince años. Con horror encuentro que los honorarios no han variado prácticamente nada. Y no digo que sean los mismos reajustados en el tiempo, sino que literalmente eran casi igual que hace más de una década. Por el contrario, lo que sí había subido notablemente eran los requisitos para el postulante. Resulta que ahora, para un trabajo cuyas características no requieren de un candidato egresado hace mucho, había que contar con estudios de posgrado.
¿Qué cambió en quince años? Seguramente el mercado educacional se ha ido inflando. Donde corre dinero, se generan nuevas necesidades y definiciones de las cosas. Como ocurre con los diagnósticos en salud mental. Mientras avanza la industria farmacéutica, van apareciendo diagnósticos acordes a los productos que salen al mercado. Por ejemplo, el famoso viagra femenino, que entonces ha decretado que las mujeres con bajo deseo sexual tienen ahora un trastorno. Supongo, que con la educación ha ocurrido lo mismo: candidatos que hace algunos años eran más que aptos, hoy requieren de algún viagra de posgrado para enfrentar sus posibles impotencias laborales.
Pero hay un dato más en esta historia. A diferencia de mi experiencia, esta vez quien reclutaba era alguien de la misma profesión del cargo. Psicólogo seleccionando a sus propios colegas. Y acá lo que corre es el factor humano, ese que hace que al tomar una posición de poder nos pongamos más papistas que el Papa. Exigiendo cuestiones insólitas, algunos, incluso cayendo en algo de sadismo. Como cuando el compañero un poco mayor pasa a ser ayudante de la clase y se torna, a veces, ridículamente más implacable que el profesor.
Factor humano, que tiene que ver con la necesidad -en algunos más fuerte que en otros - de diferenciarse de lo que antes uno fue: alumno, recién egresado, subordinado. Factor humano, transversal por supuesto a todo humano, incluso en aquellos que han marchado en contra del lucro en la educación.
Alimentan también la burbuja educacional quienes se endeudaron en un postítulo, que muchas veces no logran recuperar como inversión, y se ven en el deber de distribuir su tontera con otros: empujar a sus pares a que hagan lo mismo.
Se me ocurre otra diferencia con el mundo de hace veinte años. Hacer el Servicio País era una forma de sumar experiencia laboral al comienzo, pero con el propósito de hacer algo por la comunidad. Hoy, la vorágine está puesta en invertir en uno mismo, llenarse de diplomas para abultar el currículum. Muchas veces en formaciones que dejan sobrecalificados para el trabajo, sobre todo cuando se tienen más estudios que experiencia.
Me atrevería a decir que el mercado educacional está inflado no sólo por el lucro de los grandes operadores del rubro sino que por este tipo de prácticas. Ofertas laborales, que antes que parecer atractivas por ellas mismas, parecen una demanda de requisitos, como si se le hiciera un favor al candidato escogido.
"Hoy, la vorágine está puesta en invertir en uno mismo, llenarse de diplomas para abultar el currículum. Muchas veces en formaciones que dejan sobrecalificados para el trabajo (...)"
Recibiré sus alegatos, dudas, tormentos y quejas a paisintimo@gmail.com.
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EDR: la tecnología que podría reemplazar a los antivirus
Los ciberataques han puesto en duda la efectividad de la medida de protección.
Javiera Navarro
Cada vez son más las víctimas de ataques cibernéticos alrededor del mundo. De hecho, hoy se crean tres virus por segundo, mientras que en 1990 era uno cada una hora.
El nivel y sofisticación de las amenazas es cada día mayor y los tradicionales antivirus ya no están siendo efectivos. Esto, ya que están basados en una tecnología antigua. Así lo admitió el mismo John McAfee, creador de uno de los antivirus más famosos.
David Alfaro, de Arkavia Networks, empresa especializada en soluciones de seguridad de la información, explica que los virus pueden llegar en forma de archivos de datos aparentemente inofensivos que se abren mediante aplicaciones o programas legítimos. Por ejemplo, códigos maliciosos que se pueden implantar en documentos Word o PDF, en imágenes, y otros documentos de oficina.
Otro virus aún más dañino y que atacó hace unas semanas a grandes petroleras, farmacéuticas y holdings en varios países del mundo es el ransomware, que funciona restringiendo el acceso a ciertos archivos y pide un rescate monetario a cambio.
Los tradicionales antivirus no han sido efectivos en detener a ladrones informáticos que invaden nuestros dispositivos, por lo que expertos recomiendan cambiar los hábitos y proponen una nueva tecnología para detener a hackers.
La salvación
Alfaro asegura que las tecnologías que sustituirán al antivirus están en la categoría llamada EndPoint Detection and Response (EDR). Estas herramientas permiten una avanzada protección, puesto que reaccionan ante diferentes tipos de amenazas, incluyendo aquellas que utilizan estrategias desconocidas, lo que las diferencia de los antivirus que solo funcionan ante ataques de características conocidas. "Si el antivirus es incapaz de detectar un ataque que ejecuta una lectura de todos los archivos de un equipo, las nuevas soluciones están capacitadas para detectar ese tipo de comportamientos y evitar que se ejecuten acciones maliciosas", dice el especialista.
Jorge Pavez, experto en informática y académico de la Universidad Mayor, explica a hoyxhoy que a pesar de que los EDR son buenos escudos, gran parte de la responsabilidad recae en el comportamiento cibernáutico del usuario, por lo que recomienda mantener actualizados los sistemas operativos, activar su backup y respaldar archivos en nubes o discos duros. A esto, agregó que no se deben insertar pendrives en computadores públicos ya que pueden contener virus, ni tampoco abrir los correos de destinatarios desconocidos o meterse a páginas web ilegales.
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El oso de agua sobrevivirá hasta que el Sol muera
El tardígrado -más conocido como oso de agua- es la especie más indestructible del mundo y sobrevivirá hasta que el Sol muera. Esto, de acuerdo a un nuevo estudio de la Universidad de Oxford, el cual asegura además que las criaturas pequeñas como ésta sobrevivirán todas las catástrofes astrofísicas y estarán en la Tierra por lo menos mil millones de años más que los seres humanos.