-
Que lo vea el mundo entero
por cecilia lagos / periodista deportiva
No importa cuán difícil haya sido el año que pasó entre la final de la Copa América Centenario y esta Copa Confederaciones, la Selección Chilena y sus enormes guerreros se encargan de decirnos que, una y otra vez, debemos confiar. Porque no hay falta de vacaciones, cansancio o temporadas individuales irregulares que valgan.
Cuando Chile debe imponer su experiencia y su categoría de campeón continental, lo hace mostrándole al mundo entero que es uno de los mejores equipos del planeta.
Más aún en el alargue, cuando Portugal estaba extenuado y Chile se fue arriba, ahogando al equipo de Cristiano Ronaldo que sólo se ahorró la derrota por unos minutos gracias a los palos que salvaron a Rui Patricio, recordándonos inevitablemente lo que había pasado con Mauricio Pinilla en el Mundial de Brasil 2014 ante los anfitriones.
Por momentos, fue imposible no sentir la similitud con las finales frente a Argentina. El partido entre los campeones de América y Europa fue tan parejo como abierto en los arcos, con posibilidades de gol y momentos de dominio para ambos equipos.
Ni Cristiano Ronaldo ni Alexis Sánchez pesaron tanto como se esperaba y, según el juego se iba desarrollando, uno intuía que el partido tenía escrito el final a penales. Lo grande de esta Selección es que no depende de Alexis ni de un solo jugador en particular. Si una de las figuras baja, está todo el resto del equipo para equilibrar.
En particular, para mí el mejor de la Roja en este encuentro fue Charles Aránguiz. Hizo todo bien: corrió, recuperó, abrió espacios, se ubicó en la cancha de manera que sus compañeros siempre supieran cómo acompañar y construir, coronando todo con una ejecución perfecta de su penal, como siempre nos tiene acostumbrados.
Por su parte, Claudio Bravo merece tanto ser el héroe de este épico final. Después de un año de basureo de la prensa inglesa, de su lesión, de momentos personales difíciles, se merecía volver a la alta competencia justo en el lugar donde siempre muestra que es uno de los mejores arqueros del mundo, graduándose además de "atajapenales" en las definiciones más importantes. Pero el mismo capitán nos ha pedido no celebrar aún, sino seguir apoyando porque, tiene razón, aún hay una final por jugar.
Una vez más esta Selección muestra un corazón y un fútbol extraordinarios. Este torneo ha mostrado la consolidación de la madurez y la experiencia de un equipo que no le tiene miedo a nada ni nadie, porque son sus jugadores los que lo inspiran en los demás y no al revés.
"Este torneo ha mostrado la consolidación de la madurez y experiencia de un equipo que no le tiene miedo a nada ni nadie, porque son sus jugadores los que lo inspiran en los demás."