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LLC, el silencioso y extraño cáncer que ataca a los viejos
Los síntomas de la Leucemia Linfocítica Crónica se confunden con los de muchas dolencias, en Chile lo cubre el AUGE y la ciencia busca tratamientos menos invasivos.
Leo Riquelme
La falta de oxígeno que empezó a sentir desde mediados del 2014 inquietó al profesor de geografía Héctor Caviedes. "Caminaba y me cansaba, algo que nunca me había pasado", relata el maestro de la Facultad de Filosofía de la U. de Chile, de 70 años.
Preocupado, consultó a una médico broncopulmonar, quien le ordenó realizarse una serie de exámenes. "Pero no me encontraban nada", cuenta. Así, la doctora le solicitó un hemograma y ahí salió el resultado: padecía una Leucemia Linfocítica Crítica (LLC). Unas pruebas de verificación se lo confirmaron.
Según la Sociedad Americana de Cáncer, la LLC es un mal de lento avance de la médula ósea y de la sangre, en el que algunos tipos de glóbulos blancos -los linfocitos- se convierten en nocivos y se multiplican anormalmente, afectando el sistema que combate las infecciones.
Los síntomas iniciales hacen que el paciente no los tome como una anomalía de cuidado y los asocie a la edad, pues se presenta entre los 65 y 70 años. Estos son cansancio, debilidad y algún nivel de dificultad respiratoria.
"Las personas no buscan médicos porque los síntomas no parecen graves. Como viene con la edad las personas creen que se sienten así porque se están poniendo viejos", dijo en un seminario en Sao Paulo la presidenta de la Asociación Brasileña de Linfoma y Leucemia (Abrale), Merula Steagall, quien lidera una red latinoamericana, que incluye a cuatro ONGs de Chile.
Situación nacional
En Chile la LLC es una enfermedad de baja incidencia, dice la past presidenta de la Sociedad Chilena de Hematología, Carmen Cao. Una de las razones es que es una enfermedad que se presenta en mayor medida en oriundos o descendientes de naciones con población caucásica, algo que acá es menor respecto a los vecinos de Argentina, Uruguay y parte de Brasil.
Pese a ello, por tratarse de una leucemia, en Chile está cubierta por el plan de Garantías Explícitas de Salud (GES), que asegura la atención y el tratamiento. Sin embargo, desde el Ministerio de Salud informan que no tienen estadísticas precisas de casos.
Además, existe un protocolo nacional que controla y administra los medicamentos en los hospitales, que atienden al 80% de la población. El 20% se trata en clínicas.
"La LLC es silente y regularmente lo pesquisa un médico general, que deriva el caso a un hematólogo cuando ve en los hemogramas que hay un aumento de linfocitos periféricos. Cuando el examen confirma un alza anormal los pacientes son derivados a los Centros de Diagnóstico Terapéutico, donde hay un especialista que define si se tratará en un hospital base o en uno terciario, como puede ser el Instituto Nacional del Cáncer", repasa Cao.
Agrega que la enfermedad está generando una serie de "problemas terapéuticos", pues el diagnóstico precoz ha rebajado la edad de detección, que superaba los 70 años. "Ellos requieren de una nueva terapéutica", aconseja.
En ello se trabaja
La sobrevida de la LLC es alta. Llega a ser de hasta 20 a 25 años desde el momento en que se detecta. Desde el 2015 el profesor Caviedes se ha sometido a 14 quimioterapias en el hospital J. J. Aguirre, que cuestan $6 millones cada una, cubiertos mayormente por un seguro de su trabajo.
"Yo estoy bien contento", dice. Pero su caso no es común y la ciencia lo sabe. El médico coordinador del Centro de Linfoma del Hospital Samaritano de Sao Paulo, Carlos Schiattone, explicó en un seminario sobre la LLC que gran parte de lo que se sabe sobre el cáncer se debe a la quimioterapia, pues los esfuerzos apuntan a controlarlo dañando lo menos posible la calidad de vida del enfermo.
Hoy, por ejemplo, ya hay un fármaco aprobado en Estados Unidos que cuesta US$120 mil al año, precio inalcanzable para la mayoría de los latinoamericanos. Por ello, en la cita iberoamericana sobre la enfermedad se abogó por el desarrollo de alianzas y esfuerzos conjuntos en la región para fomentar la investigación sobre el cáncer en general y la LLC en particular, para democratizar el acceso a mejores fármacos.
"Hay una clara necesidad de salud pública", dijo el neurólogo Manuel Uribe, director médico de la biofarmacéutica Abbvie. "La terapia es cada vez más selectiva, para afectar cada vez más la célula cancerígena y cada vez comprometer menos las normales, para que tengan una mejor vida", agregó.
la llc es un cáncer de avance lento de la médula ósea y de la sangre. Se asocia a lo genético.
7 por cada 100 mil personas padecen LLC en Latinoamérica. En Chile la cifra sería aún menor
hasta us$120 mil vale una droga de última generación en EE.UU. En Chile una "quimio" sale $6 millones.
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Obesidad materna podría perjudicar la vida de los hijos
Hasta 17 años podría adelantarse la muerte. Longitud de telómeros incidirían.
Durante el embarazo comienzan los antojos y las subidas de peso, lo que complica a los doctores que recomiendan subir entre 11,5 y 15,9 kilos para tener un bebé saludable. Sin embargo, hay futuras madres que no logran mantener su peso, incluso llegando a la obesidad, lo que podría perjudicar seriamente la vida de sus hijos. Según un estudio elaborado por científicos de la Universidad de Hasselt en Bélgica, los hijos nacidos de madres obesas podrían reducir su vida incluso en 17 años.
El Índice de Masa Corporal alto en embarazadas se asocia con una menor longitud de los telómeros -un marcador de la edad biológica que está en el ADN- en recién nacidos.
Según Tim Nawrot, uno de los autores principales del estudio publicado en la revista BMC Medicine, "hay muchos factores ambientales y genéticos que pueden influir en la longitud de los telómeros, y nuestros hallazgos sugieren que el IMC materno es sin duda uno de ellos. Aproximadamente el 30% de las mujeres en edad reproductiva tienen sobrepeso. Debido a esto, la obesidad materna podría ser el factor ambiental más prevenible para que puedan aumentar las expectativas de vida de los recién nacidos y que también pueda mejorar la calidad de vida, en general, por la disminución de las enfermedades en la edad adulta".
La muestra Se evaluó el Índice de Masa Corporal (IMC) de 743 madres de entre 17 y 44 años y la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos para medir la longitud de sus telómetos. A través de estas pruebas se pudo determinar la relación existente entre el IMC materno y la longitud de vida de los hijos.
Según Nawrot, "en comparación con los recién nacidos de madres con un IMC normal, los recién nacidos de madres obesas tienen más cortos sus telómeros, lo que significa que sus células tienen una vida más corta. Por ello, mantener un Índice de Masa Corporal saludable durante la edad reproductiva de una mujer puede promover la longevidad molecular en la descendencia ".
Estudios previos han demostrado que las personas normalmente pierden alrededor de 32,2 a 45,5 pares de bases de telómeros por año en la edad adulta. Sin embargo, en este estudio se encontró que por cada aumento de un punto en el IMC de la madre, los telómeros en los bebés tenían alrededor de 50 pares de bases más cortos. Este acortamiento de la longitud del telómero es equivalente a la longitud que pierde normalmente la gente en 1.1 - 1.6 años de vida adulta, lo que indica que el riesgo de enfermedades crónicas en la adultez podría ser mayor.