Pedro Pablo Kuczynski juró ayer como Presidente de Perú con la promesa de convertirlo en un país moderno, con el mejor clima de negocios del Pacífico Sur, pero sin olvidar las necesidades de los más pobres, a quienes, según prometió, dotará de educación, salud y agua potable en los próximos cinco años.

Evidentemente emocionado, incluso con la voz cortada en un inicio, PPK recibió la banda presidencial frente al parlamento dominado por la oposición y aseguró que trabajará para que Perú "sea un faro de civilización del Pacífico y Sudamérica al que todos miren con admiración".

El discurso no fue aplaudido por los 73 parlamentarios del dominante partido Fuerza Popular, de la líder Keiko Fujimori, hija del encarcelado ex Presidente Alberto Fujimori y quien fue derrotada en los comicios presidenciales de junio por Kuczynski.

Hasta Lima viajó la Presidenta Michelle Bachelet, que presenció la toma de poder junto al canciller Heraldo Muñoz. Más tarde ambos se saludaron antes de un almuerzo con otros Mandatarios.

Luego de que Mariano Rajoy, del Partido Popular, aceptara el encargo del rey Felipe VI de formar un gobierno en España, los líderes de los restantes partidos políticos confirmaron que no lo apoyarán en el Congreso, pese a los intentos del monarca en los últimos días, quien se reunió por separado con los dirigentes para llegar a un acuerdo. En caso de no haber acuerdo se produciría una tercera elección tras la de diciembre del año pasado y la de junio, donde ambas resultaron inconclusas, pues el PP tuvo más escaños, pero no lo suficiente para gobernar.

A más de tres días de los hechos, las autoridades francesas identificaron finalmente ayer al segundo atacante que degolló a un sacerdote en una iglesia en Normandía. Se trata del joven francés, Abdel-Malik Nabil Petitjean, de 19 años, que fue visto en Turquía el mes pasado cuando se dirigía a Siria, pero en lugar de ello regresó a Francia. La fiscalía pudo identificarlo tras pruebas de ADN. El ataque lo realizó junto a Adel Kermiche. Ambos murieron abatidos por la policía.

En los próximos tres meses, los rebeldes sirios que quieran deponer sus armas y entregarse a las autoridades recibirán amnistía. Así lo informó ayer el Presidente de Siria, Bashar al Assad, quien firmó un decreto ofreciendo el beneficio e instó a que los detenidos sean liberados. La oferta coincide con una ofensiva de Damasco que logró cercar a los rebeldes presentes en la parte oriental de Alepo.