La efectividad mostrada por un programa piloto iniciado el 2014 llevó al Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) a aumentar la flota de drones que utiliza para mejorar sus procesos de fiscalización en los procesos extractivos.

El programa se inspiró en la experiencia de Estados Unidos, donde estos equipos se usan para vigilar la presencia de tiburones en sus costas. Así, en Chile comenzó con dos naves pilotadas a distancia, que ahora ascendieron a diez. Pero no sólo eso. También se mejoró su autonomía, altura y distancia a la que se puede teleconducir.

"Es que los pescadores son bien buenos para las piedras", comentó el director del organismo, José Miguel Burgos, que agregó que hasta balazos les han disparado.

Entre las mejoras se cuenta que los drones cuentan ahora con cámaras de mejor resolución, que permiten captar a larga distancia las patentes de las embarcaciones, el tipo de pesca que llevan y hasta el número de cajas. Gracias a eso a fines del año pasado se cursaron dos multas por ilegalidades.

Los drones son arrendados y guiados por empleados de la compañía que se adjudicó la licitación, y que los operan desde dependencias de la Armada, Carabineros y del propio servicio. Sin embargo, el Sernapesca está en capacitación para que desde el 2017 sus propios funcionarios puedan pilotarlos. Ello se encuentra bajo la supervigilación de Directemar.

Nuevo uso y robots

Además, este año por primera vez comenzarán a ser utilizados para vigilar la acuicultura. Burgos explicó que con eso lograrán fiscalizar centros de cultivo; la utilización de equipos y rejas; el estado de sus peces y hasta ver si hay brotes de enfermedad.

Como ventaja, indicó que sacar a los funcionarios de la presencia en el lugar reducirá la posibilidad de que estos se transformen en transmisores de enfermedades cuando visitan otros centros.

Los drones se sumarán al trabajo que ya realizan robots fiscalizadores, que son capaces de sumergirse a profundidades de 200 a 500 metros, donde son muy útiles para revisar los efectos en el fondo marino de mortandades masivas, como la que afecta actualmente a la industria salmonera.

Este fin de semana se iniciarán los talleres de adiestramiento canino colectivo que realiza la Municipalidad de Las Condes, en los que se enseñará a los animales distintas instrucciones, que van desde sentarse hasta sociabilizar tanto con sus dueños como con sus pares y el entorno en general.

El primer curso comienza este sábado y se llama "Clicker, esfuerzo positivo". Éste consiste en un total de nueve sesiones -una teórica y ocho prácticas- que sólo se realizarán los días sábado desde el 2 de abril hasta el 28 de mayo. En ellas se enseña a los perros a obedecer ofreciendo una recompensa (comida, juguetes, caricias o atención) por realizar una determinada actividad. Esta técnica no sólo permite que los canes aprendan a hacer caso frente a órdenes de obediencia, sino que también a comportarse de acuerdo al actuar que buscan sus dueños.

A lo largo de este curso se utiliza una herramienta denominada "clicker", que es un dispositivo pequeño que al ser presionado hace un sonido que se oye como un "clic-clic". La idea es que los amos de los animales presionen el aparato cada vez que su mascota hace algo "bien", para que tras escucharlo en reiteradas ocasiones el perro empiece a relacionar el sonido con un actuar correcto que luego será premiado. El clicker se regala al inicio del curso.

El otro curso es el llamado "Conductista", en el cual las mascotas son adiestradas con el uso de distintos elementos, que son: collar, correa y refuerzo. Además, aquí se recurre al método de la superioridad jerárquica sobre el can.

Esta opción comprende 11 sesiones que se realizan tanto sábados como domingos.

Datos técnicos

Ambos cursos tienen cupo para 60 mascotas y cada sesión -que contempla un mayor de edad por cada animal- dura una hora y media.

Sólo se permiten mascotas vacunadas y desparasitadas y cada acompañante humano deberá hacerse cargo de la higiene de su mascota y contar con su Tarjeta Vecino, que acredite que reside en la comuna. Valen $20.000.

La masificación del uso de internet en Chile permeó también a la banca, que el año pasado registró un total de 191 millones 518 mil transferencias electrónicas efectuadas por personas, un 24% más que el 2014, según indicó el último reporte de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).

Esta forma de efectuar trámites bancarios comenzó a medirse el 2013, cuando se registraron 126 millones 825 mil operaciones. Al año siguiente subieron a 154 millones 518 mil. Como era de esperar, el reporte también grafica una fuerte alza en los montos que se transan. Durante el año pasado se realizaron transferencias por el equivalente a US$586,8 millones, un 19% más que durante el ejercicio anterior. Durante el 2013, en cambio, fue de US$412 millones.