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Mi inconsciente, mi copiloto
el pais intimo
Hay lapsus tan excesivos que cuesta creer en la inocencia de quien los padece. Como fue el caso del Presidente de la Cámara, Marco Antonio Núñez, quien cerró la intervención de la diputada Cicardini -la que justamente se refería a la ley de acoso sexual callejero- con un piropo involuntario (habría explicado después): "Diputada Ricardini", se le escapó por el micrófono.
¿Qué dice el lapsus? ¿Tenía el deseo de burlarse de la diputada? ¿Habla de una diferencia política con la parlamentaria? ¿O simplemente la encuentra rica? No es posible saberlo, ni siquiera él mismo puede; porque la verdad de lo que un lapsus porta, es que no sabemos todo sobre nosotros mismos.
Lo inconsciente nos acompaña permanentemente de formas silenciosas, aunque es cierto que a veces se manifiesta de modos más escandalosos. Como en esos tropiezos del lenguaje que nos dejan en evidencia o esos actos traicioneros que nos hacemos, como ese olvido fatal cuando debíamos hacer algo demasiado importante, o cuando dejamos algún chat secreto abierto para ser descubierto, o cuando se nos queda la billetera en la casa, o bien, cuando por fin estamos en la cama con esa persona tan deseada y el hemisferio sur no responde. La precisión de tales actos fallidos hacen difícil que su protagonista no caiga en cierta suspicacia: "¿Soy autor o víctima de este traspié?", abriendo la experiencia de la desazón de que no nos autogobernamos. Como dicen por ahí el "Yo", o el ego, es una ilusión.
Pero, en general, lo inconsciente nos acompaña con cierto camuflaje, por ejemplo cuando hablamos desde una posición que contradice esas verdades que afirmamos sobre nosotros mismos en discursos orgullosos. Así como cuando escuchamos al manipulador que nos habla de sentirse víctima; o a ese egocéntrico que nos habla de la revolución para los demás; o aquel desesperado ansioso que nos habla de su equilibrio emocional; o de aquel sádico que se ofende fácilmente y acusa la moral del otro. Contradicciones que se ven más fácil en el ojo ajeno, que en la propia paja.
Por eso conocerse a sí mismo es tan difícil, porque cuando vamos tras esa búsqueda generalmente buscamos reafirmar lo que queremos creer de nosotros mismos, o que algún secreto de lo que "realmente" queremos nos sea revelado. Sin embargo, no estamos preparados para la decepción de que tal "Yo" esencial no existe y que si hubiese una verdad, es la de que estamos cruzados por deseos y contradicciones. Esa es nuestra opacidad, el único real secreto: no somos todo lo que decimos ser, no porque mintamos, sino porque por estructura no se puede decir toda la verdad.
De ahí que no es un error desconfiar de aquellos que se vanaglorian de portar "el saber" sobre las cosas. Pero también el ejercicio que hay que hacer es el de ser suspicaz con nuestros propios cuentos. O, al menos, darle lugar a la sana duda intelectual. Cosa que, por cierto, puede ser muy liberadora y elevar el nivel de las discusiones.
No siga comprando packs del "conócete a ti mismo", seguro le serán satisfactorios momentáneamente con alguna superchería egótica, pero no se encontrará por ahí.
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Estudio revela cómo tener buen sexo en una relación a largo plazo
El juego previo y el comunicarle a la pareja que se le ama serían los factores clave en el mantenimiento de una vida sexual satisfactoria.
Un nuevo estudio de la U. de Chapman, EE.UU., ha encontrado que el juego previo y el comunicarle a la pareja que se le ama serían los factores clave en el mantenimiento de una vida sexual satisfactoria en una relación a largo plazo.
El equipo estadounidense detrás de los hallazgos estudió los comportamientos amorosos y sexuales comunes para encontrar el por qué algunas parejas son sexualmente más felices que otras.
Los que se decían "te amo" e íntimamente se mimaban, besaban y reían juntos durante las relaciones sexuales estaban más satisfechos, encontró este estudio que se focalizó en parejas heterosexuales.
Mantener el sexo variado por probar nuevas posiciones y dándole rienda suelta a las sus fantasías también ayudó a mantener a las parejas satisfechas, así como ayudó crear un ambiente físico de iluminación suave y música. Un intercambio de mensajes de texto juguetones previo, también ayudó.
Las parejas que dieron y recibieron más sexo oral, experimentaron orgasmos frecuentemente y tenían sexo más usualmente. Estas parejas reportaron sentirse más feliz en sus relaciones.
El estudio, publicado en "The Journal of Sex Research", examinó a más de 38.747 parejas casadas o que cohabitan en EE.UU. y que habían estado con su compañero o compañera durante al menos tres años. Janet Lever, coautora del estudio, dijo: "Es alentador saber que más de un tercio de las parejas mantiene viva la pasión después de una o dos décadas juntas". Añadió que ellas hicieron un esfuerzo consciente para evitar quedar atrapados en una rutina durante sus relaciones sexuales.