Investigadores de la Escuela Icahn de Medicina del Mount Sinai de Nueva York, en Estados Unidos, descubrieron que el mal estado físico en la adolescencia aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 con independencia del peso corporal.

El estudio detectó que los jóvenes que tienen una baja función cardiorrespiratoria y una pobre capacidad muscular, tienen más riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica. Esto aunque el adolescente tenga el índice de masa corporal normal.

La diabetes tipo 2 es el tipo más común de la enfermedad, se da cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o las células no hacen uso de la insulina, lo que se conoce como resistencia a ésta.

En la investigación participaron más de un millón de jóvenes de 18 años de Suecia, entre los años 1969 y 1997, los que no tenían diabetes ni antecedentes familiares de esta enfermedad. Pero en el año 2012 se vio cuántos de ellos presentaban la patología según los registros hospitalarios y ambulatorios.

El 2% de los participantes fue diagnosticado con esta enfermedad durante el periodo de investigación y, en la mitad de los casos fue después de cumplir 46 años. Además los adolescentes que estaban en peor estado físico a los 18 años eran tres veces más propensos a tener diabetes que los que presentaban mejor estado físico.

Científicos de la U. de California (Estados Unidos) descubrieron cómo se produce la fecundación en los óvulos de la mujeres, y con unos electrodos diminutos en la cola de los espermatozoides lograron registrar su reacción ante distintas sustancias. Con ello concluyeron que la fertilización se produce en equipo, ya que los primeros atraviesan las células de protección para que otro pueda penetrar el ovocito. Ahora los científicos trabajan en un anticonceptivo unisex y un remedio para la esterilidad masculina.

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) hicieron un robot llamado Tega, quien ofrece enseñanza individualizada para niños dentro y fuera del colegio. Es capaz de interpretar la respuesta emocional del niño al que ayuda y crea una estrategia de motivación a largo plazo. Mientras se estudiaba a Tega, se descubrió que logró aumentar la actitud positiva de los niños hacia él. Además, alienta y aconseja como los profesores lo harían. Funciona como un teléfono inteligente.