Marcos Riquelme, apenas consumado el 4-1 de la UC sobre Palestino ayer en San Carlos de Apoquindo, enfrentó el micrófono de un canal de TV y analizó lo siguiente: "Es injusto: nosotros hicimos el desgaste pero los goles los hicieron ellos". Dijo, también, que su equipo careció de efectividad, que la UC aprovechó sus oportunidades y que eso, al final, decidió la suerte.

Y se trató, en definitiva, de un análisis lacónico y certero, porque las estadísticas indicaron que Palestino prácticamente duplicó a la UC en remates al arco y que, si el palo no se hubiera aliado con Toselli, es probable que otro hubiera sido el resultado. Pero, lo dijo Riquelme, la UC hizo los goles. Y marcó cuatro, suficientes como para revertir el 1-2 de Santa Laura y quedarse con la Liguilla que la llevará a la próxima Copa Sudamericana.

El primer golpe lo dio David Llanos en el primer tiempo, después de aprovechar un rebote de Luis Marín ante un tiro libre de Jeisson Vargas.

Fue, quizás, un gol sorpresivo. La UC no jugaba bien y veía cómo su arco era constantemente acosado por un cúmulo de delanteros movedizos. Y en la segunda mitad el trámite no cambió: Palestino tuvo dos, tres o cuatro ocasiones claras de gol antes de los 15" pero las falló todas. Así, hasta que Marcos Riquelme enfrentó en solitario a Toselli y decretó el empate. Y como acostumbra la UC en estas instancias, bajaron los fantasmas. Pero duraron poco: dos minutos más tarde Agustín Farías se encontró con la pelota después de una tapada de Marín y la mandó dentro de su propio arco. Quedaban 20" por jugar y, hasta ese momento, la serie de definiría por penales.

Jeisson Vargas y Michael Ríos, sin embargo, evitaron prolongar la angustia cruzada y estiraron el marcador hasta el 4-1 definitivo. Fue, al final, un resultado demasiado abultado para el juego exhibido pero, a la vez, revitalizador. La UC salvó el honor y, al menos, no cerró 2015 con las manos vacías.