Pasadas las 19.00, los seguidores de Mauricio Macri salieron con banderas albicelestes, del PRO y del conglomerado Cambiemos a celebrar. A esa hora, con los sondeos a boca de urna y los primeros resultados, estaba claro que el candidato opositor se había impuesto al oficialista Daniel Scioli y se convertía en el nuevo Presidente de Argentina, poniendo fin a 12 años de kirchnerismo.

"Hoy es un día histórico", dijo a las 22.00 el orgulloso nuevo Mandatario en la celebración de su comando.

Con un 80% de los votos escrutados, Macri obtenía un 52,7% de respaldo y su rival un 47,2%. "Con su voto hicieron lo imposible. Estamos desbordados de esperanza", agregó dichoso, haciendo un llamado a la unidad para terminar con los problemas que afectan al país.

Scioli reconoció su derrota y contó que felicitó a Macri por teléfono. "Esperamos que se cuiden todos estos logros y derechos", dijo.

"No hay nada que temer. Todo es esperanza, todo es alegría. Vamos a cuidar a todos los argentinos y vamos a gobernar para todos", le respondió la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti.

Qué sucedió

Según Analía del Franco, directora de la consultora Analogías, el estilo kirchnerista "agotó, especialmente la manera de gobernar (...) Cambiemos, sin tener propuestas definidas, apela a lo emocional, que baje la tensión, que no haya más gritos".

Los analistas coincidieron en que en el país estaba la sensación de que los planes de ayuda social que se multiplicaron en la década ya no bastaban para conformarse ante la corrupción e ineficacia estatal, deficientes servicios sanitarios y medios de transporte, falta de viviendas, seguridad y empleos de calidad.

El politólogo Roberto Chiti, de la consultora Diagnóstico Político, afirmó que después de la crisis de 2001 "hubo una reinserción de distintos sectores a la economía formal e informal", sin embargo, agregó que la fórmula se desgastó.

El nuevo gobernante asumirá el 10 de diciembre en una Argentina que tiene una inflación de un 27% anual, según estiman los economistas privados, con restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, inseguridad y avance del narcotráfico.

En un discurso más conciliador respecto a años anteriores, Macri propone una intervención acotada del Estado en la economía y una eliminación inmediata de las restricciones a la adquisición de dólares, lo que para sus críticos generará una "megadevaluación" y el consiguiente rebote de la inflación.

Además, ha asegurado que no privatizará empresas estatales ni eliminará los programas sociales. "No creemos que el futuro de Argentina esté en recetas del pasado", dijo a corresponsales extranjeros.

"Nuestra ideología es resolver, es hacer, lo definiría como un desarrollismo moderno del siglo XXI", afirmó.

Relación con Venezuela

Macri ha prometido que pedirá la expulsión de Venezuela del Mercosur en represalia por la detención de opositores y confía en que su triunfo fortalecerá a la oposición de países vecinos con gobiernos de centro-izquierda.

En una muestra de los nuevos tiempos, en el búnker del candidato estuvo durante toda la tarde de ayer Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, el encarcelado opositor venezolano al gobierno de Nicolás Maduro.

"Cambia Argentina, cambia Venezuela con Lilian Tintori", tuiteó la diputada Patricia Bullrich, del PRO, que lidera el empresario.

En otro asunto internacional relevante para la política interna, el ex presidente Boca Juniors también se ha mostrado a favor de la derogación del polémico acuerdo de Argentina con Irán para esclarecer el atentado contra un centro judío en Buenos Aires en 1994, por el que hay varios iraníes imputados.