Vivir en ciudad implica considerar y articular responsablemente una multiplicidad de estilos de vida distintos. Este dinamismo comporta un capital valioso que debe estar en sintonía con el entorno que se habita. La comuna de Santiago, en su triple rol de ciudad (Ciudad laboral / Ciudad residencial / Ciudad de entretención), debe asumir este desafío como una gran oportunidad.

Teniendo a mano estas consideraciones, la tenencia de mascotas entre los residentes de Santiago y el impacto que esto conlleva es un tema de la mayor relevancia que debemos asumir con decisión aunque también con realismo. Antes de seguir avanzando revisemos algunas cifras que nos serán aclaratorias.

Cifras de la Municipalidad de Santiago indican que el año 2002 la población canina en Santiago era de 1 perro por cada 12 personas, subiendo en 2008 a 1 por cada 7,6 personas, proyectando una población de 37.000 perros. Hasta ahí el dato duro. Revisemos ahora las razones de su tenencia, que también han variado. En 2002 nuestros vecinos tenían un perro por motivos de seguridad preferentemente (los cuales tenían un promedio de vida de 3 años), pero ya para el 2008 la tenencia de perros deja de tener la seguridad como principal razón y comienza a evidenciar un giro hacia una convivencia más compleja con las mascotas, siendo consideradas como un integrante más de las familias, con 5 años como promedio de vida.

He aquí el desafío mayúsculo de poder articular una ciudad con estos nuevos integrantes, siempre con la mirada fija en una tenencia responsable, con la ambición de fomentar una ciudad más amigable con nuestras mascotas.

Lamentablemente, también debemos resolver la problemática que tenemos en las calles con los mal llamados "perros vagos" que más bien son "perros huérfanos". Santiago está trabajando en un programa de esterilización de perros vagos y para eso ha dividió la comuna en tres zonas: Matta, Centro y Mapocho.

Hasta la fecha la campaña ha operado a más de 7.000 perros en Santiago, proyectando para este 2016 esterilizar a 3.000 más.

Construir una ciudad más amigable con los animales es una tarea de todos. Desde el municipio con la mantención de estas campañas, informando de la calendarización de la misma a la comunidad y asumiendo medidas complementarias según corresponda.

Pero estos esfuerzos no llegarán a buen puerto si no tenemos el apoyo de los vecinos, no solo en materia reproductiva, sino también en futuras campañas relativas a crear una cultura de las fecas de nuestras mascotas en espacios públicos y regular el hábitat de las mascotas al interior de edificios y condominos, por ejemplo.

Finalmente está en juego nuestra madurez como ciudadanos. Es imperativo tener presente que para abordar debidamente este tema hay que ladrar menos y actuar más.

Benilde Aguilera. "He trabajado toda la vida". Nació en Combarbalá y vivió en Illapel con su esposo hasta que se vinieron a Santiago. Él era minero y murió a los 30 años de silicosis, enfermedad respiratoria originada por haber aspirado mucho polvo de sílice. Joven y viuda, tuvo que hacerse cargo de la casa y de su hijo sola, trabajar para salir adelante. "Hice de todo, pero donde más estuve, unos 17 años, fue en un hotel, como mucama y supervisora". Hoy sigue trabajando: pesa las frutas y verduras para los clientes en el supermercado Líder. Cuando tiene turno de mañana y entra a las 7.30, se levanta a las 5.30 y viaja en micro desde Peñalolén a Metro Moneda. Cuenta que le gusta trabajar ahí porque hay muchos beneficios como las comidas, todos la tratan muy bien y no discriminan a la tercera edad: "Ellos me ofrecieron cambiarme en noviembre. Yo antes trabajaba haciendo aseo para una empresa externa en el supermercado". También fueron los que la alertaron de los descuentos por pensiones que le habían hecho durante varios años que trabajó en otras empresas: "soy pensionada por el seguro social tantos años, pero todos los meses me descontaban $70 mil para la pensión. Me gustaría que me lo devolvieran todo de una vez, pero en "Chile Atiende" me dicen que la única opción es que me suban la pensión en dos años, yo les digo que en dos años quizás ya voy a estar muerta". Pero sabe que le queda mucha energía aún. Si bien trabaja porque su pensión es baja, también lo hace porque le entretiene.

El otro día un niño con mucha imaginación me llamó para contarme que tenía la receta de los Cheetos y también la del Danky Nogatonga. Yo le dije que me tincaba, que me las diera, pero se negó. "Valen $5 millones", me dijo. Y me dio a entender que se pagaban por adelantado, no una vez revelado el secreto. Le dije que me parecía, que dónde debía depositar el monto...Pero me cortó. Casi lo lograste, niño. Las estafas telefónicas infantiles son una tendencia que se aproxima.

Ya es divertido que desde tan temprano en la mañana las cámaras de todos los canales de la televisión abierta lleguen a la oficina de Huérfanos para tener un tema con el cual dar inicio a sus noticieros AM y sus matinales. Aunque lo más divertido, por lejos, siempre será cuando los noteros intentan innovar, tratando de hacer nuevas preguntas a las personas que están haciendo fila. En cualquier momento esto se convierte en una nueva versión del desaparecido "Aló Eli".

Maximiliano Pérez (27) es, además de un fiel lector del diario hoyxhoy, un verdadero fanático del fútbol. Confiesa que lee "siempre la sección de Deportes, para seguir cada paso del Audax Italiano, mi equipo favorito".