Hace unas semanas entró al Parlamento el proyecto de ley de garantías de derechos de la niñez, que busca establecer un sistema de garantías y protección del ejercicio de los derechos de la infancia a través de normas, instituciones y políticas.

El proyecto de ley fortalece la protección universal, a través de la coordinación de todas las prestaciones que entrega el sistema público y establece los cimientos de la institucionalidad de infancia que se irá construyendo y enriqueciendo en la discusión con la sociedad civil y en el Parlamento, es la forma concreta en que el Gobierno de la Presidenta Bachelet refuerza su compromiso de generar igualdad y justicia para todos los niños y niñas de Chile.

Según estimaciones de organismos internacionales, en el mundo más de 200 millones de niños menores de 5 años en países de bajo y mediano ingreso no alcanzarán su potencial desarrollo. En Chile son más de 4 millones de niños y niñas que requieren desarrollar y potenciar su aprendizaje social, emocional, del lenguaje y desarrollo físico y eso es lo que estamos haciendo con este proyecto de ley, poner el foco donde más importa.

Un país que no invierte en la infancia, es un país destinado al fracaso. Cuando sus necesidades básicas no están satisfechas, las brechas pueden desencadenar un espiral que acreciente la pobreza en salud, desarrollo y aprendizaje, junto con inducir a una paternidad temprana, incidir en una baja capacidad de ingresos y transmitir la pobreza de generación en generación.

Esta ley fortalece a la familia y a los padres, pues contiene un compromiso explícito del Estado para apoyarla en el cumplimiento de su rol como guías y orientadores de sus hijos y evidencia la voluntad del Gobierno de mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas que viven en Chile, y de potenciar las capacidades de las familias para llevar adelante esa tarea. Junto al proyecto de ley de garantías se firmó también el que crea la Subsecretaría de la Niñez, cuya función es preocuparse de los temas relacionados a los derechos de los niños y las prestaciones sociales que se requieren para ello.

Próximamente enviaremos también el proyecto que crea el Defensor de la Niñez, figura autónoma que tendrá como labor garantizar los derechos de las niñas y niños, aun cuando no intervendrá en procedimientos judiciales, actividad que corresponderá a la Defensoría Penal Pública o a programas de defensa judicial, según corresponda.

A los adultos nos ha costado mucho reconocer a los niños y niñas como iguales en dignidad y derechos, por eso este proyecto de ley es un avance histórico hacia ese objetivo. Comprender que los niños y niñas son sujetos de derechos es el primer paso hacia un cambio en las relaciones entre adultos y niños para lograr un trato digno y basado en el respeto mutuo.

Miguel Aravena. Antes fumaba una cajetilla y media diaria, pero hoy no pasa de un cigarro, que se fuma en el tiempo libre que tiene entre clase y clase en el instituto en que estudia. Su plan es dejarlo completamente y al principio probó con cigarros electrónicos: "Me compré de esos negritos que vendían en las farmacias, pero no era lo mismo y el gesto de aspirar hacía que te dieran más ganas de fumar un puchito de verdad. Al final lo fui dejando sin otra ayuda que la voluntad y ahora ahorro más de $30 mil al mes".

Cuenta que el trabajo, por lo agotador, también ayudó a que dejara el vicio: "Soy part time de fin de semana, pero como estudio de lunes a viernes, al final no me queda ningún día libre. Los feriados también te los hacen trabajar porque siempre se necesita personal extra".

Hace un año que es carnicero de la fiambrería del Jumbo cercano a su casa, en San Bernardo. Vestido con cotona blanca y un sombrerito verde que intenta evocar los típicos tracht alemanes, va cambiando el número de atención de los cientos de clientes que se amontonan alrededor. En sus manos se ven varias marcas de cortes de cuchillos. "Te hacen una capacitación para aprender a cortar pero he visto a varios compañeros que pierden partes de sus dedos de todas formas. No me da miedo, es parte de la pega y hay que hacerlo nomás", cuenta.

Dice que el público no es especialmente simpático: "Quieren todo rápido y a veces piden las cosas de mala manera, pero hay que dejarlos pasar no más. Total, la mala onda llega con ellos y se va con ellos".

El otro día llegué a tomar micro a un paradero de Providencia y me encontré con un panorama bastante fuera de lo común: las cuatro personas que estaban desde antes que yo en el lugar eran sordomudas y se comunicaban a través del lenguaje de señas. Me gustó lo poco habitual del escenario, por lo que me senté entre ellos y les puse atención. La verdad, no recuerdo haberme sentido tan sola antes en mi vida. Me sentí como una minoría dentro de una minoría y me puse a pensar en lo positivo que resulta incluir a las personas que forman parte de éstas, pero que también es bueno recordar que las minorías son varias y todas ellas merecen inclusión social.

Cuando tengo sueño, en general me tomo un café (y cuando hace frío, también). Cuando quiero juntarme con amigos y no quiero consumir alcohol, tomo la decisión de beber un gran café. Lo mismo, cuando quiero salir con una mujer en la tarde y que no parezca una cita. También recurro al oscuro brebaje cuando quiero sacar la vuelta en el trabajo, o como excusa para seguir conversando después de almuerzo. También sirve para hacer más gratas las reuniones de trabajo y para acompañar el chocolate que me gusta comer después del postre. En síntesis, lo que quiero decirles es que me encanta el café y creo que le debemos mucho, quizás demasiado.

A Lorena Ríos (37) le gusta el hoyxhoy porque de manera rápida y precisa le entrega información muy útil. Es por eso también que algunas veces se lo lleva al trabajo para leerle noticias interesantes a su colega y amiga, Josefina.