La aviación militar rusa lanzó ayer ataques en Siria por primera vez contra posiciones del grupo Estado Islámico, según anunciaron las autoridades locales. Sin embargo, funcionarios estadounidenses pusieron en duda la afirmación, por considerar que los rusos parecieron atacar a grupos de oposición que luchan contra el gobierno sirio de Bashar al Assad y no contra los terroristas.

El Presidente Vladimir Putin aseguró que se trató de ataques preventivos contra los extremistas islámicos que se han apoderado de grandes extensiones en Siria e Irak. Rusia calcula que por lo menos 2.400 de sus propios ciudadanos luchan junto con los extremistas en esos dos países.

"Si ellos logran éxito en Siria, después regresarán a sus patrias y vendrán también a Rusia", explicó Putin en un discurso televisado.

Estados Unidos y Rusia coinciden en la necesidad de combatir al grupo extremista Estado Islámico, pero disienten en su actitud frente al gobierno del Presidente sirio Bashar al Assad. En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Presidente Barack Obama afirmó que Estados Unidos y Rusia podrían trabajar conjuntamente en una transición política, pero solamente si el resultado fuera la salida de Al Assad. Sin embargo, Putin es el respaldo más poderoso de Al Assad, de hecho, el mismo jefe de Estado sirio fue el que solicitó que se bombardearan blancos en su país.

Los aviones rusos atacaron puestos, vehículos y depósitos que Moscú supone pertenecen a los extremistas, dijo el vocero del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, pero el jefe del Pentágono aseguró que los ataques no parecían ser contra blancos del Estado Islámico porque los milicianos no están en el sector occidental de Siria, más allá de Homs. Según parece los ataques fueron dirigidos contra grupos de oposición que combaten a Al Assad.

La televisión estatal siria atribuyó a un jefe militar no identificado haber dicho que los aviones rusos atacaron posiciones del Estado Islámico en el centro de Siria, incluso en las áreas de Rastan y Talbiseh.