En la comuna de Santiago tenemos la extensión de áreas verdes más tradicional y republicana de todo Chile, el Parque O"Higgins (ex parque Cousiño), lugar donde hoy funciona el Movistar Arena, Fantasilandia, Club de Tenis, patinódromo, la Piscina Olímpica y Municipal de Santiago. Además, de forma esporádica recibe al Lollapalooza, semanas mechonas e incluso últimamente la fiesta del melón con vino.

Más importante aún, cada año alberga las festividades de las Fiestas Patrias y el Aniversario del Ejército, expresadas en la esperada Parada Militar, eventos a los que regularmente concurren más de cien mil personas por año.

Además de este hecho, sumemos que colinda con dos estaciones de metro, Parque O"Higgins y Rondizonni. Junto a su cercanía con la Penitenciaría de Santiago, estos contextos generan la real y pronta necesidad de crear una Tenencia de Carabineros o Unidad Policial permanente al interior del Parque O´Higgins, con el fin de poder reaccionar con prontitud y eficacia policial ante posibles incivilidades o hechos delictuales que se produzcan al interior del recinto o en sus alrededores, transmitiendo con este hecho una potente señal de seguridad a la comunidad.

La afluencia de público al parque es masiva no sólo durante Fiestas Patrias, sino a lo largo del año. Esto se debe, además de la oferta de entretención y esparcimiento antes descrita, al hecho de que el entorno se ha ido densificando poblacionalmente debido a nuevas construcciones, tal como sucede en otras zonas de nuestra comuna. Este hecho, más que significar una carga importante de flujo peatonal por el sector con sus consabidas externalidades negativas (robos, incivilidades, conductas impropias, etc.), es una real oportunidad para actualizar la oferta de seguridad del Parque O"Higgins y del barrio en que está inserto. Esta no debiese ser una tarea titánica de difícil cumplimiento, sino más bien una realidad al corto plazo, puesto que muchas de las condiciones materiales necesarias y voluntades institucionales han sintonizado con la propuesta que ahora nosotros planteamos.

Considerando que dentro del parque existió hasta hace poco el colegio gastronómico de Santiago, dentro del tradicional pueblito de la misma área, hoy su ex sede es el lugar propicio para la instalación de una unidad policial, considerando que está emplazada frente al Skate Park y a un par de pasos de la Estación de metro Parque O"Higgins.

Cubriríamos así no sólo las necesidades de los vecinos que viven en el entorno, sino que también las de todos los usuarios y visitantes del tradicional parque santiaguino.

Juan Gómez. El terremoto del miércoles lo pilló arriba del árbol del patio de su casa en La Cisterna: "Es un árbol grande, que sobrepasa la altura del muro, y yo estaba cortando las ramas porque molestaban a la bandera chilena. En un momento sentí un ruido fuerte, hasta los perros ladraron, pero pensé que era un vehículo que había pasado con la música a todo volumen.

Como estaba con el serrucho, pensé que el árbol se movía por mi movimiento, hasta que salió mi hija y me dijo que me bajara porque estaba temblando". Pegó un salto y mientras se lavaba las manos ponía atención a la radio que tenía sintonizada desde antes, la 103.3 que en ese momento transmitía los comentarios en vivo de Ramón Ulloa.

Trabaja hace 10 años en una empresa de seguridad que presta servicios a la Municipalidad de Santiago. Su tarea es prevenir delitos y dar información.

El terremoto del 27 de febrero lo pasó trabajando. Tenía turno en la Plaza Pedro Montt: "Sentí que era como un tren que nunca dejaba de pasar por un puente. Parecía que los edificios se iban a caer y yo tuve que afirmarme del módulo porque no me podía mantenerme en pie".

Su turno terminaba a las 7:30 horas pero el compañero que debía relevarlo lo llamó diciéndole que iba a ver a su mamá a Valparaíso: "Tuve que quedarme hasta las tres de la tarde, cuando llegó el siguiente relevo.

Mi familia estaba de vacaciones en Calama, así que sabía que no estaban en peligro. Cuando llegué a mi casa, por suerte no había pasado nada".

Como buen chileno me comí todo lo que encontré en mi camino durante la semana de Fiestas Patrias. Mis amigos, mis hermanos, mis padres y todos a mi alrededor me advirtieron que no debía abusar, pero no escuché a nadie más que a mi estómago, que no cesaba de pedirme choripanes, empanadas, anticuchos, grandes pedazos de lomo y tutos de pollo. Estuve comiendo con pausas sólo para dormir el 17, 18 y 19, hasta que empecé con los primeros síntomas de gastroenteritis. Todos me refregaron en la cara sus tempranas advertencias y me hicieron sentir peor que las horas en que estuve encerrado en el baño. Terminé mal, pero estoy seguro que lo pasé mejor que todos.

Luego del terremoto que afectó a nuestro país el miércoles, Facebook adoptó una especie de labor social: confirmar a nuestros amigos que estábamos bien. La verdad es que me pareció tremendamente extraño, pero además incómodo e hipócrita porque a esa red social -al igual que a todo el resto de las mismas- la veo como un invento frío y calculador que lo que menos hace es preocuparse por sus usuarios. ¿Por qué habrán hecho eso? ¿Será que quieren limpiar su imagen comercial? ¿O habrá algo macabro detrás? No es mi plan convertirme en la versión femenina de Salfate, pero yo creo que aquí hay gato encerrado. ¿Usted no, señor director?

Jorge Rebeco (50) se levanta a veces muy cansado, pero la sola idea de perderse su ejemplar de hoyxhoy por salir atrasado le da la fuerza necesaria para una nueva jornada. Lee el diario "porque me gusta leer".

Una verdadera obra de arte se pintó en el cielo de Santiago durante un atardecer de fines de invierno.