Eduardo Vargas, el máximo goleador de la Roja en los últimos tres años, y campeón de América hace exactos 40 días, está sumamente nervioso. Se lo informa su propio padre, Eduardo, a hoyxhoy. Y explica que el origen de su nerviosismo es laboral: hoy Vargas, que la temporada pasada jugó en el Queens Park Rangers de Inglaterra, está cesante.

Además ayer, Daniela Colett, hasta hace días su novia y madre de su única hija, comunicó en Internet que la relación terminó. Y acusó, incluso, a Vargas de faltar reiteradamente a la verdad. Es, en definitiva, un agosto difícil para el futbolista.

Su cesantía -volvemos al fútbol- se explica porque el club inglés, que se fue al descenso, no renovó su préstamo, y en Napoli, equipo dueño de su carta, no es considerado. Por eso el atacante lleva un mes entrenando en Chile. Y aunque en un comienzo lo hizo junto al plantel de Universidad de Chile, hoy lo hace en solitario.

"Obviamente hay una cuota de preocupación porque el tiempo avanza y la idea es encontrar un club", afirma el padre del jugador.

El estrés de Vargas, eso sí, no tiene motivos económicos. El Napoli sigue pagando su sueldo, a la espera de cederlo a préstamo a algún equipo.

Y aunque los interesados no escasean, todavía no hay una resolución. Hace dos semanas en Brasil lo dieron por fichado en Gremio. Todo quedó en nada. Días después, una decena de medios chilenos tituló con que Vargas y el Marsella, en ese entonces dirigido por Marcelo Bielsa, habían llegado a acuerdo. Tampoco se concretó. Y el lunes desde Turquía se sumó el Trabzonspor. Ese sería, dicen en Europa, su destino más seguro.

"Él está analizando unas ofertas que tiene, hay que esperar. De ánimo está bien", añade Vargas padre. ¿Turquía le gusta, señor Vargas? "No sé nada de Turquía", responde. "Te repito, no sé, no te puedo decir", insiste desde Renca.

La teoría

Osvaldo Hurtado, alias Arica y entrenador del Brujas de Salamanca, aporta una especulación. Hurtado es el hombre que descubrió a Vargas cuando tenía 14 años. Lo rescató del anonimato y lo instaló en Cobreloa. Jura que lo conoce bien. Y por eso teoriza: "Yo creo que interés hay, pero pasa que no quieren equivocarse de nuevo, para que le vaya bien".

Dice que la experiencia de Vargas en Europa ha sido decepcionante. Que en Italia se encontró con un técnico que no lo quería. Que en Valencia, donde mejor le fue, pagó el precio por el cambio de dueños que sufrió el club. Y que en Inglaterra, derechamente, recaló en un club mediocre. "El equipo que le tocó (QPR) era extremadamente malo y además lo hacían jugar de carrilero", agrega.

Según Arica, Vargas debe meditar sobre su futuro. Evaluar, con sabiduría, qué quiere para su vida. Y, sobre todo, abstraerse de sus problemas sentimentales.

Desde la U, mientras, Sebastián Martínez le dedicó elogios: "Es un gran jugador". Y aportó un consejo infalible: "Debe estar tranquilo".

Y así, sin club y sin novia, Vargas debe decidir su futuro. El delantero más desequilibrante de la Roja vive sus días más estresados.