Chile es el país de la región de las Américas con la más alta tasa de prevalencia de tabaco tanto en adultos como en jóvenes. El tabaco causa anualmente la muerte de 16.000 personas. Sólo los gastos directos ocasionados por el tabaquismo alcanzan a más de un billón de pesos (casi US$ 2.000 millones).

Esta semana, el Senado de Chile aprobó una serie de medidas que contribuirán a desincentivar el consumo de tabaco, siendo las más importantes la adopción de empaquetado genérico; y la prohibición del uso de aditivos. Los aditivos, como el mentol, están asociados al inicio del consumo de tabaco en jóvenes, a un incremento del potencial adictivo de los cigarrillos, así como a efectos analgésicos y desensibilizantes que contribuyen a disfrazar el olor y sabor del tabaco.

El consumo de tabaco con mentol está ampliamente extendido en la población chilena. El caso de los menores de 18 años es de particular preocupación porque son el grupo de mayor consumo de cigarrillos mentolados, con un 66%, y el 44% comienza a fumar por esta vía. Las tabacaleras añaden aditivos como el mentol a los cigarrillos para captar nuevos adictos entre las y los jóvenes, y reemplazar a los fumadores que dejaron el hábito o que murieron.

Chile se encuentra muy atrasado en las políticas de advertencias sanitarias en productos de tabaco. Muchos países, con menor prevalencia de tabaco que el nuestro, han avanzado en aumentar el tamaño de la advertencia y estandarizar la gráfica de las marcas de cigarrillos. El empaquetado genérico reduce el atractivo de las cajetillas y evita que las tabacaleras utilicen el envase como vehículo de promoción y publicidad. La evidencia internacional es contundente respecto a la relación que existe entre el aumento del tamaño de la advertencia sanitaria en las cajetillas y el aumento en la predisposición para dejar de fumar entre quienes lo hacen.

Es éticamente impresentable que la industria tabacalera se oponga a cualquier medida efectiva de control de tabaco, bajo amenazas de despidos masivos de sus trabajadores y de pérdidas económicas para el país. Esto último resulta insólito, puesto que el Estado chileno asume el costo millonario en tratar las enfermedades relacionadas al consumo de tabaco.

El país tiene la posibilidad que el derecho a la salud se imponga por sobre los intereses corporativos de transnacionales de la industria tabacalera, que está sumando sectores empresariales como la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) para chantajear al gobierno y bloquear las políticas públicas de control de tabaco. La ciudadanía chilena no está por amparar campañas del terror, y está consciente de la necesidad de mayores regulaciones al tabaco, porque es un producto que mata, enferma y discapacita.

Catalina Díaz. Pinta caritas a los niños a la entrada del cerro San Cristóbal. Se instala cerca de los carritos de cabritas y algodones de azúcar, con sus pinturas y pinceles, accesorios de orejitas de león o coronas de princesas y sillas pequeñas de colores para los niños.

Comenzó con el negocio cuando iba en primero medio, a los 14 o 15 años. Conocía bien el ambiente del cerro porque su mamá tenía un local de recuerdos del zoológico: "En vez de no hacer nada, decidí trabajar acá, además es entretenido y gano plata". Durante el año sólo trabaja los fines de semana, pero en vacaciones de invierno va todos los días. Sus precios son $1.000 por la carita y $2.000 con accesorio. "Un fin de semana normal pinto unas 50 caritas, pero ahora que vienen más niños, entre 60 y 70, viene una amiga a ayudarme".

Lo que más piden los pequeños son tigres, gatitos, minies, y spiderman. Al principio no sabía nada sobre las técnicas de pintar caritas y buscaba en internet los diseños, pero dice que "la experiencia hace al maestro".

Cuenta que en las vacaciones de invierno se ven muchos papás cansados o choreados: "Lo más anecdótico es cuando a los niñitos los pintas, se miran al espejo y no les gusta. Se ponen a llorar, se pasan la mano por la cara para sacarse la pintura y se dejan la embarrá".

A su lado hay otro negocio igual al suyo, pero dice que hay buena onda con la competencia: "A la niña la conozco de siempre. Tenemos los mismos precios y las mismas cosas. No hay drama".

El principal objetivo de su trabajo es pagar sus estudios de educación diferencial, en la Universidad Central. En el futuro espera poder titularse y ser una buena profesora.

Soy madre de un estudiante de cuarto año de Odontología y quisiera denunciar abusos que se cometen contra los estudiantes de esta carrera en nuestro país:

1) Los excesivos costos de arancel y los enormes gastos adicionales que implica la compra de materiales para la práctica clínica.

2) El tener los pacientes necesarios para cumplir con las metas o requisitos para aprobar las asignaturas y el que esos pacientes puedan ir a atenderse en los horarios que los alumnos tienen destinados para la atención de pacientes,

3) Que esos pacientes puedan pagar sus tratamientos.

En vez de andar preocupados de estudiar, deben preocuparse por conseguir pacientes.

Hace algunos años se infraccionaba a los vehículos que emitían demasiado ruido. La revisión técnica de alguna manera interviene en el tema a través del control del silenciador. Además, recuerdo que alguna vez en Providencia se colocaron unos censores de ruidos. Entonces, ¿por qué las motos tienen derecho no sólo hacer ruido sino a amplificarlo a través del uso de ciertos accesorios previstos para ello? Creo que un bus con 100 pasajeros emite menos ruido que algunas motos.

Tanto el tocar la bocina en ciertos casos como los adminículos amplificadores del sonido de las motos deberían ser causal de infracción, por colaborar al deterioro de la salud mental de la población.

"El hoyxhoy es el único medio que tengo para informarme durante los días de semana. Empiezo a leerlo camino al trabajo y termino de vuelta a casa, porque el resto del día estoy muy ocupada", contó Carolina Carrera (32).

Desde el cerro San Cristóbal se ve a una avioneta sobrevolando la ciudad de Santiago. La nieve ya abunda en la cordillera.