Joseph Blatter, presidente de la FIFA, enfrentó ayer un micrófono y dijo: "Es un día triste para el fútbol". Minutos más tarde, Ali Bin Al Hussein, candidato a presidir la FIFA, enfrentó otro micrófono y opinó: "Es un día triste para el fútbol".

Ambos se enfrentarán el viernes en las elecciones que dirimirán al próximo mandamás del organismo. Y por eso ambos, quizás, lanzaron exactamente el mismo comentario.

Horas antes, en Zurich, siete dirigentes de la FIFA habían sido detenidos por encargo de EE.UU. acusados de fraude. Entre ellos estaban Eugenio Figueredo, vicepresidente del mismo organismo, y Jeffrey Webb, vicepresidente de la FIFA. Nicolás Leoz, por su parte, se encuentra hospitalizado y con orden de captura en Paraguay. Joseph Blatter no estaría implicado.

A la misma hora en EE.UU. Loretta Lynch, fiscal general y jueza con fama de implacable, explicaba las causas de la detención. Acusó a la FIFA de ser una organización mafiosa, afirmó que los 13 acusados "corrompieron el fútbol para enriquecerse", y dijo, además, que los responsables recibieron sobornos millonarios a cambio de asignar los derechos de televisión a ciertas cadenas. "Así, año tras año, torneo tras torneo", añadió la mujer convertida en heroína.

En Argentina Diego Maradona, apenas se enteró de la noticia, gritó: "¡La FIFA odia el fútbol (ver pág. 19)!". Habló, también, Richard Weber, investigador de la agencia tributaria de EE.UU., y aportó una metáfora: "Era la Copa del Mundo del fraude y hoy les hemos sacado tarjeta roja". En Chile, Harold Mayne-Nicholls dijo que la situación "se veía venir". Y Ricardo Abumohor, desde España, exigió justicia (ver pág. 19). El fútbol, informamos, entró en una crisis nerviosa.

Copa América

La página 105 del documento en que se registró la investigación dice lo siguiente: "La empresa Datisa acordó pagar 100 millones de dólares en sobornos a oficiales de Conmebol a cambio del contrato de Copa América firmado en 2013". De ellos, 20 millones eran por ese torneo y los 80 restantes por los próximos cuatro.

De esos 20 millones, el presidente de Conmebol y los presidentes de las asociaciones de Argentina y Brasil recibirían tres cada uno. Además, los otros siete presidentes de la confederación recibirían 1,5 millón cada uno. Y en ese punto es cuando Sergio Jadue entra al ruedo.

El dirigente, sin embargo, negó la acusación. Aseguró que no ha hecho nada ilícito. Y dijo que la ANFP sólo recibió un millón de dólares como anticipo por el contrato de Copa América, y este se encuentra en la cuenta del organismo.

Horas más tarde, la ANFP publicó una serie de documentos en que se comprueba que Conmebol sí le pagó US$1,5 millón a la ANFP por la Copa América. Todo, aseguran en un comunicado, de forma legal. "Con esta irrefutable prueba esperamos haber cooperado en aclarar la situación erradamente informada", publicaron. Además, se aclaró que Jadue solicitará asesoramiento legal y que se colaborará con la investigación.

Es probable que la Copa América que parte en dos semanas en Chile, se juegue igual. Es probable que las empresas acusadas de pagar sobornos por las transmisiones del torneo, lancen la señal sin problemas. Es probable que Sergio Jadue, presidente del fútbol chileno y quien habría recibido 1,5 millón de dólares, haga un breve discurso inaugural. Es probable que los históricos dirigentes de Conmebol Nicolás Leoz -quien está en Paraguay con orden de captura y extradición- y Eugenio Figueredo -detenido ayer en Suiza- no estén poniendo las medallas a los jugadores del equipo campeón.

Si el ganador es Venezuela, es probable que el presidente de la Federación de Fútbol Venezolana no suba al estrado y, en cambio, vea la transmisión desde su arresto en Zurich o ya esté deportado a Estados Unidos. Es probable que Venezuela no salga campeón.

Es probable que mañana, Joseph Blatter vuelva a ser reelegido como presidente de la FIFA. Es probable que se juegue el Mundial del 2022 en Qatar, pese a las pruebas claras de coimas para adjudicarse dicho campeonato. Es probable que los estadios chilenos estén llenos, que Messi juegue una gran copa, que Neymar sea un jugador clave, que Alexis y Vidal comanden al equipo chileno, que James sea el más peligroso de los colombianos. Es probable que haya un récord de sintonía y que los sponsors tengan grandes ganancias y que los hinchas agoten las camisetas de sus equipos.

Es probable que se olvide pronto la noticia de ayer, esa que dejó a medio mundo con la boca abierta. El FBI tomó detenido, en un hotel de lujo de Suiza, a un grupo de altos dirigentes de la FIFA. La operación fue de una exactitud milimétrica y llevó meses de estudios, igual como cuando se desbarata una banda de hampones de la mafia italiana o algún cartel de peligrosos traficantes del norte de México.

Al poco rato habló la fiscal general del Departamento de Justicia de Estados Unidos, sabiendo que el que había pegado era un golpe mundial. En la conferencia de prensa no entraba un periodista más y ahí mostró, seria como una justiciera, un organigrama parecido a los que se muestran con las estructuras de ISIS o Al Qaeda.

Seguramente, en los días que vienen, nos dirán que los delitos son de personas y que debemos confiar en la FIFA. Y nos pedirán, dirigentes y jugadores y periodistas deportivos, que sigamos pensando que el fútbol es un deporte hermoso que nadie lo mancha. Pero que pensemos eso, claramente, ya es poco probable.

Ricardo Abumohor, presidente de O"Higgins, analizó lo sucedido. Especialmente, las imputaciones que caen ante Sergio Jadue, de quien se acusa que recibió 1,5 millón de dólares en sobornos por la venta de derechos televisivos. "Hay una denuncia que tendrá que ser comprobada o no. En el hecho de ser comprobada (Jadue) no puede seguir ni un minuto más", dijo desde España a hoyxhoy. "Y lo subrrogarán quienes correspondan. Un país no tiene por qué pagar los pecados de otros si se comprueban". Recordó, de paso, que en las últimas elecciones de la ANFP exigió más transparencia, pero no hubo eco: "Nuestra posición era transparentar el fútbol chileno, pero no tuvimos respuesta".

Carlos Soto, presidente del Sifup, conversó con hoyxhoy y destacó que, si se comprueban las imputaciones, se deben hacer cambios radicales. "Si se verifica lo que se ha dicho, se tiene que cambiar y debe venir un cambio en la Conmebol. No se si existe voluntad para cambiar, eso sí". Además, apuntó a que es necesario que se conozcan los hechos que se acusan a los dirigentes de la Conmebol, si es que se comprueban. "Conozco a Leoz, Figueredo, y Esquivel, por eso creo que es importante que salga a la luz pública lo que ha ocurrido". Destacando, de paso que, pese a lo sucedido, "los futbolistas están al margen de esto, y demuestran que son lo más limpio y sano de este deporte".

Otro de los que hablaron fue Diego Maradona. El astro argentino confesó que " yo le pedí a Grondona que no siguieran choreando", indicando que el ex presidente de la AFA estaba al tanto de lo que sucedía en la Conmebol y en la FIFA. De paso, entregó su apoyo al jordano Ali Bin Al Hussein, candidato opositor a Joseph Blatter: "Vamos a cambiar a todos los viejos, hay que ver si Blatter gana esta vez. Hace dos meses eran intocables, pero los agarraron justo", apuntó el 10.

Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la ANFP, se refirió también al escándalo de la FIFA. Al respecto, fue claro: "Se veía venir, esta gente tiene que alejarse del fútbol. Ha faltado un liderazgo desde el interior de la FIFA". Además, se lamentó por la situación de Nicolás Leoz, ex presidente de la Conmebol. "Con una investigación del FBI la cosa es distinta. Lo lamento por él y su familia". Además, agregó que iría a declarar si fuera citado por el FBI.

En 2010, la Costanera de Coquimbo cambió su nombre a Costanera Dr. Nicolás Leoz Almirón, en homenaje al dirigente tras el Mundial Femenino Sub 20 de 2008. Pero todo terminó en 2013, cuando los primeros escándalos de sobornos hicieron que el alcalde Cristián Galleguillos y su concejo municipal revocaran la iniciativa.

Bajo su condición de comisario de la FIFA, Alfredo Asfura también habló ante la situación de la Conmebol. "Esto es un golpe a la credibilidad del fútbol". Profundizando en que hay personas "interesadas en desprestigiar el sistema. Hay que mirarlo con cautela y esperar que los organismos investiguen con profundidad".