Por tercera vez en dos años, la comuna de Providencia comenzó un proceso para cambiar su plan regulador, que data de 2007. Según el municipio, la medida busca responder a "las múltiples solicitudes que han hecho los vecinos en cartas y cabildos".

La primera modificación se realizó en 2013, y su objetivo fue disminuir las alturas en el barrio Las Flores. La segunda modificación, realizada en 2014, tuvo el mismo fin y se aplicó en siete barrios.

Esta vez, también se utilizaron mecanismos participativos, pero no se trata de modificar la altura. El municipio pretende permitir que en la comuna se instale una nueva comisaría, algo que hasta ahora era imposible construir en la mayor parte del territorio comunal, pues actualmente sólo se autoriza la edificación de una nueva comisaría en la zona industrial, en Santa Isabel y Dalmacia.

La modificación también facilitará mejoras en la infraestructura de colegios públicos y privados que hasta ahora no podían expandirse.

Por otro lado, en Bellavista se regularán mejor los usos de suelo que podrían haber tenido efectos negativos sobre el barrio, y en términos del patrimonio se protegerán algunos inmuebles con valor histórico.

Aprobación

El 11 de agosto la propuesta será votada en el concejo municipal. María José Castillo, asesora urbanista de la comuna, adelantó que hay acuerdo unánime, pues se formaron comisiones urbanistas para redactarla, donde se abordaron todos los temas. Además, calificó como positiva la propuesta en términos de que promueve que todos los barrios cuenten con equipamientos básicos, como consultorios, policlínicos y sedes sociales.

Agregó que en general el proyecto se trata de "simplificar normas que están vinculadas a la zonificación y que se consideran obsoletas. Los barrios deben ser mixtos", planteó. Destacó también que la propuesta de la comisaría es un eje central en el programa de la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz.

Que el terminal aéreo de Santiago será el mejor de Latinoamérica y quedará entre los cien más importantes del mundo fueron dos de las promesas que realizaron ayer los máximos ejecutivos del consorcio internacional que construirá desde el próximo año el nuevo Aeropuerto Arturo Merino Benítez.

El grupo conformado por la francesa Vinci, el aeropuerto de París y la constructora italiana Astaldi, asumirá el 1 de octubre la concesión. Sus representantes se entrevistaron ayer con el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, a quien le expusieron el cronograma del proyecto, en que invertirán US$633 millones para ampliar la capacidad del terminal, que quedará apto para atender a 30 millones y hasta a 45 millones de pasajeros al año, es decir, mucho más del doble de los 14 millones actuales.

La concesión es por 20 años. Para febrero del 2016 se espera la presentación del diseño del nuevo recinto, cuyas obras comenzarían en junio y terminarán el 2020 en sus diferentes etapas.

Con ellas, el terminal crecerá de los 28 mil metros cuadrados actuales a 175 mil; los estacionamientos pasarán de 3.700 a 8.800 y los puentes de embarque de 16 a 67.

Los senadores Alberto Espina y José García Ruminot, junto con los diputados Germán Becker, José Manuel Edwards y el vicepresidente de RN, Luis Mayol, se reunieron con el ministro del Interior, Jorge Burgos, para solicitar al Gobierno medidas contra la violencia en la Región de La Araucanía. El senador Espina afirmó después de la reunión que "hemos expresado con toda crudeza y franqueza la gravísima situación que enfrenta La Araucanía".

Con la transformación a gas de 25 camionetas, el municipio de Vitacura se convirtió ayer en la primera administración comunal de la Región Metropolitana en contar con vehículos que funcionan con este tipo de combustible. El proyecto se realizó en alianza con Metrogas y permitirá reducir en 18,32 toneladas las emisiones de dióxido de carbono.

La llegada de un pingüino blanco a las costas del parque Ahuenco, en Ancud, Chiloé, causó la sorpresa del Servicio Nacional de Pesca, cuyo director regional, Eduardo Aguilera, reconoció que este tipo de ejemplares no es común. El Sernapesca cree que sería un caso de pérdida de la pigmentación de plumaje, no de albinismo.