• "Ecuador tiene los mejores pectorales de Copa América"

    Luis Saritama, mundialista ecuatoriano, habla de la principal virtud del próximo rival de Chile: el físico.

    Luis Saritama es un futbolista ecuatoriano de 31 años y dueño de una técnica depurada. Jugó con su selección los mundiales de 2006 y 2014, y ganó, además, tres títulos locales con el Deportivo Quito. Es, en definitiva, un mito del fútbol de Ecuador. Y aunque no fue convocado por el DT Gustavo Quinteros para disputar la Copa América, Saritama asegura que el Tri vendrá a Chile para dar la sorpresa.

    Explica que el equipo mantiene la base del que disputó Brasil 2014. Y que a esa base, compuesta por históricos como Cristhian Noboa y Enner Valencia, se sumaron cinco valores jóvenes. Que el DT Quinteros ha convertido a una selección pragmática en un equipo ofensivo. Y que por eso, augura, Ecuador podría complicar a Chile.

    Saritama, que ha vestido la camiseta de su país 49 veces, analiza al 11 de Quinteros y entrega una frase técnica: "Al poder individual le entrega juego colectivo". Reconoce que gran parte de la suerte de Ecuador depende de Enner Valencia, Jefferson Montero y Jaime Ayoví. Que si los tres están inspirados, Chile podría sufrir una crisis de pánico.

    Es un equipo, añade, plagado de velocistas. Y repara en un detalle. Saritama, convertido en analista, revela cuál es la gran fortaleza del fútbol de su país: el físico.

    Explica que él, un ser humano de raza blanca y 1,73 metros, es una anomalía entre los futbolistas más destacados de su país. La mayoría, dice, son hombres negros que rebozan testosterona. Cuerpos vigorosos con abdominales y pectorales marcados. Futbolistas, afirma Saritama, con una anatomía privilegiada.

    La razón, expone el volante, es el alto porcentaje de personas de raza negra en el país. Al sur y al norte de Ecuador, dice, existen colonias donde todos son de color. Hombres y mujeres forjados en situaciones extremas. Y eso, dice con voz de antropólogo, se ve reflejado en el fútbol.

    "Es por la diversidad de cultura que tenemos, por la raza negra que predomina en el fútbol. Nosotros somos fuertes por la influencia de ellos", desglosa.

    Jura que en la selección nunca ha habido problemas de racismo. Que los blancos, como él, y los negros, como la mayoría, sostienen una relación armoniosa. Que ellos, los blancos, aportan el talento: lo ejemplifica con Alex Aguinaga. Y los otros, los negros, la fortaleza: lo ejemplifica con Felipe Caicedo. Es, explica, una combinación perfecta.

    ¿Los blancos como usted, Saritama, se sienten disminuidos?

    ¿Cómo dices?

    Le pregunto si hay envidia de, por ejemplo, los músculos de Enner Valencia.

    No, no. Es un tema natural. La raza es musculosa por naturaleza. Los blancos tratamos de hacer pesas para igualarlos, jajá. Pero también aportamos lo otro, el talento. Hay un complemento.

    ¿Ecuador tiene los mejores pectorales de la Copa América?

    Jajá, claro, yo creo que sí, tiene los mejores pectorales.

    ¿Quiénes, a su juicio, tienen el mejor físico de Ecuador?

    Antonio, aunque es baja, y Enner Valencia tienen un físico muy trabajado, sobre todo por lo que han hecho en Europa. Felipe Caicedo igual.

    ¿Qué opina de Chile? Me refiero a lo futbolístico.

    Está a la vista lo que hicieron en el Mundial, es un buen equipo. Pero le falta algo, ese plus, para ser de nivel mundial. Al ser local, claramente es favorito. Acá se le valora mucho.

  • Selecciones hipotecadas

    En las últimas semanas se ha puesto de moda, especialmente en Argentina, la idea de que el fútbol está muriendo. El poder gigante de las barras, los millonarios manejos extradeportivos y las decisiones futbolísticas en manos de políticos y empresarios y anunciantes, serían los culpables de esta agonía. ¿El fútbol está muriendo? ¡Pamplinas! El fútbol murió hace rato y lo que vemos ahora es el postfútbol.

    verdeamarela

    El postfútbol es un deporte financiero, tan apasionante y con tanta adrenalina como el viejo balompié, donde un buen contrato se celebra más que un gol y los millones vuelan sobre los estadios como el nuevo papel picado. Una de las últimas grandes novedades postfutbolísticas llega desde Brasil. Según una publicación del diario Estado de Sao Paulo, la federación brasileña vendió en una cifra récord un paquete con varios amistosos de la verdeamarela alrededor del planeta. Pero el negocio, redondo igual que la antigua pelota, tiene un par de cláusulas. El equipo debe jugar siempre con titulares, de lo contrario se los multa. Y no sólo eso, la empresa que pagó los derechos (se llama ISE y es parte del Dallah Al Baraka, uno de los dos mayores grupos económicos de Medio Oriente), puede vetar jugadores. ¿Es esto normal? En el PostFútbol sí. ¿Nadie se sorprende de estos negocios de las federaciones? En el PostFútbol no.

    Según la investigación del periodista Jamil Chade, corresponsal del diario Estado en Ginebra, el Grupo Dallah Al Baraka tiene casi 40 mil empleados en todo el mundo. Sin embargo, la empresa ISE (dueña de los derechos de la selección de Brasil) tiene su dirección en las Islas Gran Caimán y en esa oficina no trabaja nadie. Ni siquiera hay un teléfono, ni escritorios, ni puertas, ni ventanas.

    Uno no hace ciencia ficción si imagina a un ejecutivo árabe, en alguna oficina de Medio Oriente, mirando la lista de convocados por Brasil. Revisa los nombres con detalle, viendo a qué jugador va a borrar. Dunga, el entrenador de los penta campeones, convertido en una suerte de excusa perfecta para el buen final de un negocio. Y el empresario de Medio Oriente cumpliendo su papel del omnipresente Gran Hermano, que pone o saca jugadores que más tarde entrarán a la cancha. A ese campo deportivo donde más tarde, y con público fanático y transmisión televisiva planetaria, los atletas harán como que juegan ese viejo deporte iniciado en Inglaterra y que se llamó fútbol.

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