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Fórmulas para enfrentar el primer despido laboral
Crear redes de contactos, hacer un currículum adecuado y mantener el optimismo y la disciplina son algunas de las claves.
Hay fórmulas, señor y señora, para levantar la moral después de sufrir un despido. Métodos fáciles de aplicar, técnicas sencillas que lo pueden ayudar a pasar de ser una persona angustiada a un ser humano feliz.
Ser desvinculado -eufemismo para referirse a un despido- es, explica el presidente de la consultora IT Hunter y experto en recursos humanos Benjamín Toselli, un golpe muchas veces difícil de sobrellevar. La noticia, siempre repentina, genera un impacto en la salud mental e incluso autoestima de las personas. Además, provoca una angustia al perder una fuente de ingreso segura.
"La persona siente que el mundo se le viene encima. Y finalmente, cuando logra aceptar su realidad, se está en condiciones de salir adelante", explica Toselli.
Para esta última etapa, precisamente, IT Hunter aporta 10 puntos clave para lograr reinsertarse.
1. Optimismo. Nuestros pensamientos influyen en nuestro estado de ánimo. Tener una actitud positiva nos entrega la energía necesaria para avanzar
2. Compromiso. El resultado que consiga en esta materia va a depender del nivel de perseverancia asumida.
3. Defina tareas y horarios. Es clave establecer una jornada diaria de trabajo.
4. Base de datos. Elabore una lista de contactos para enviar sus antecedentes.
5. LinkedIn. Emplee esta red para acceder a nuevos contactos.
6. Redes de contacto. Recurra a sus amigos de colegio, universidad y familiares para que lo conecten con las personas indicadas.
7. Portales de empleo. Visite los diferentes sitios de trabajo o de empresas de selección e ingrese sus datos.
8. CV adecuado. Tiene que ser un currículum claro y conciso, que contenga las fortalezas, logros y perfil del individuo así como su trayectoria profesional y laboral.
9. Entrevista de trabajo. Recuerde que esta etapa es una de las más importantes en todo proceso de selección. Es por ello que debe: llegar a la hora y cuidar la presentación personal, entre otras cosas.
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Líderes que ayudan generan grandes cambios
Un buen cabecilla es aquel que guía con el ejemplo y está involucrado en lo que hace.
Independiente del tamaño que pueda tener un grupo, la presencia de un líder es fundamental. Asimismo, el éxito o fracaso del objetivo grupal muchas veces recae en una sola persona. Por lo tanto, si algo no está funcionando bien en cualquier tipo de organización, dependerá del líder retomar el buen rumbo.
Por lo mismo, según la comunidad de liderazgo Conant Leadership, el primer concepto claro que debe tener una persona a cargo es que cualquier cambio, insignificante o fundamental, empieza por él. Un buen cabecilla debe mirar en su propio accionar qué es lo que se está cometiendo mal para luego comunicar a sus subordinados el camino a seguir. Una vez hecha esta autocrítica, con tres fáciles pasos se pueden lograr profundos cambios positivos en una organización.
Guiar con ejemplo
Lo primordial es demostrar, no mostrar. Un líder debe ser un ejemplo a seguir para el resto. La idea es moldear el comportamiento de un grupo a través de la imitación del propio, crear admiración. El segundo paso es estar involucrado en lo que se hace. Enfocarse más en lo que se hace que lo que se dice y pasar de la teoría a la práctica. La idea es dar un sentido de importancia al propósito de cada individuo. Por último, el tercer paso es estar disponible para ayudar. "¿Cómo puedo ayudar?" debe ser la frase más importante de un jefe. El liderazgo se trata del resto, no de uno.