Para evitar un descenso inminente, grita Ricardo Caruso Lombardi, mítico entrenador argentino y perito en crisis, se requiere de hombres vigorosos. Tipos valientes, añade. Jugadores de fútbol medianamente bien dotados pero, sobre todo, con un temple de acero. Y lo dice, acota, en base a su experiencia: en los últimos ocho años, Caruso salvó a siete equipos prácticamente desahuciados. Y así, afirma, se convirtió en leyenda.

Por eso, hoy, a dos fechas del final del torneo y con cuatro equipos angustiados le pedimos que revele el catálogo. Abra su libro, señor Caruso, y aconseje a los potenciales descendidos. Y el mito, el experto en promociones, entrega una máxima infalible: "¡Todo se puede!".

Asegura que la motivación es un arma incombustible pero no definitiva ("te sirve hasta que salís a la cancha"). La clave, revela, es el trabajo. Explíquese, le pedimos. "Mirá, depende mucho del entrenador, de las expectativas. Tenés un montón de alternativas", responde.

¿Cómo cuáles?

Podés poner a los jugadores que no venían jugando. Yo, por ejemplo, les decía que no hablaran con nadie, yo hablaba. El jugador tiene un estado de nervio, y cuando habla, se equivoca.

¿Cómo se levanta a un equipo estresado?

Hay que hacerles entender lo que se están jugando, la posibilidad histórica que tienen. A veces salvar un equipo es más que salir campeón.

¿¡Qué dice, Caruso!?

Te lo digo porque me pasó en San Lorenzo, me pasó en Racing. La gente te agradece más que a los campeones- dice y ensaya un breve respiro. Luego filosofa:- El descenso no es para cualquiera.

Salvando a Cobreloa

Caruso analiza el torneo chileno y repara en Cobreloa. Su situación, dice, es la más difícil. Cuando el equipo es grande, analiza, la presión es igual de grande. Y mayor aún si nunca ha descendido: "Si te vas al descenso, te deja marcado".

¿La gente sufre, Ricardo?

¡Terrible, terrible! No sabés lo que es. Sufre mucho, lo que llora… Es muy difícil.

El hincha es duro, Caruso. Dígales algo.

Tienen que alentar a morir. Siempre le pido a la gente que no atore a los jugadores, aunque hagan todo mal. Hasta que termine el partido. Ahí, puteá lo que querás.

¿Los milagros existen?

Los milagros hay que trabajarlos. El milagro le instala la cuota de suerte pero tenés que saber manejar cada partido.

¿Le reza a los santos, Caruso?

No, no… San Caruso, solamente. Me hicieron la estampita con mi cara y con la aureola.

Así, explica Caruso, se puede levantar a un muerto. Y si se logra, augura el argentino, el entrenador responsable alcanzará su redención. Al menos él la consiguió en Argentina: "¡En la calle me adoran!". ¿Exagera, Ricardo? Y el ídolo devuelve: "Noooo, qué va. Tenés que venir conmigo y te das cuenta cómo me quiere la gente".

Entre Ñublense, Audax Italiano, Cobreloa, Antofagasta, San Marcos y Unión La Calera saldrán los dos equipos que acompañarán a Barnechea y descenderán al término del Torneo de Clausura. Quien tiene la tarea más complicada es Ñublense, ya que posee un coeficiente de rendimiento de 1,151, marcha penúltimo en la tabla de rendimiento y le queda enfrentar a Universidad de Chile y Cobreloa, otro de los que quiere salvarse con un coeficiente de 1,181. Uno de los equipos que perdió terreno el fin de semana fue Audax Italiano, ya que tras el empate con Universidad de Concepción, los audinos promediaron 1,166 punto por partido y hoy sería el tercer cuadro en descender. Le restan partidos con O"Higgins y otro complicado, San Marcos de Arica, que tiene un coeficiente de 1,218. Uno de los que se salvaría si el torneo terminara hoy es Cobreloa, pero está a la espera por parte de la ANFP para ver si se le descuentan puntos por una situación antirreglamentaria. Además, Ñublense tiene que jugar con Colo Colo. Con un poco más de calma miran la tabla Antofagasta y La Calera, quienes promedian 1,197 y 1,227 punto por partido, respectivamente.