Una revisión a la base de datos de la última encuesta Casen arrojó que cinco millones de chilenos viven en algún nivel de pobreza, según informó ayer el Hogar de Cristo, que estableció que el 29,2% de la población nacional está en esa condición.

Al analizar el instrumento en detalle, los encargados descubrieron que ese es el número de personas que, según la encuesta, son pobres por ingreso económico o por su realidad multidimensional, un aspecto que por primera vez se midió en el estudio del 2013.

La revisión identificó que hay 3,5 millones de habitantes que sufren carencias en al menos tres aspectos relacionados con educación, salud, trabajo y seguridad social, y vivienda.

Esta nueva forma de medición es parte de la serie de modificaciones que el Gobierno introdujo por consejo de organismos internacional como la Cepal, para actualizar la encuesta a la realidad del país.

"Esto está más acorde a lo que es Chile hoy, un país con un ingreso per cápita de casi US$20 mil (...) Fue un acto de valentía cambiar los estándares, a pesar del escándalo que puede generar el decir que tenemos tal cantidad de pobres", comentó el director ejecutivo del Hogar de Cristo, Juan Cristóbal Romero.

Del total, hay 950 mil chilenos que son pobres tanto por ingreso como multidimensionalmente. Hasta ahora el ministerio de Desarrollo Social sólo había informado que con las modificaciones había un 14,4% de la población en pobreza por ingresos y un 4,5% en situación extrema. En el plano multidimensional informó que estaba el 20,4%.

Ayer, la ministra Fernanda Villegas comentó a hoyxhoy que efectivamente hay 950 mil personas en ambos planos de pobreza, aunque pidió entenderlas de manera diferenciada, ya que ofrecen "desafíos distintos". No obstante, agregó que sus conclusiones le parecen "extremadamente pertinentes" y se alegró de que el Hogar de Cristo utilice la información para su estrategia de intervención social.

En tanto, la directora del área social de esta fundación, Verónica Monroy, dijo que la medición mejoraría aún más si se incorporaran indicadores de calidad en los servicios que recibe la población. Sin embargo, alabó los cambios porque a su juicio con esa información se podrá hacer una mejor política social. Para ello, solicitó que esta sea focalizada.