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El riesgo ambiental se avecina tras el temporal
Alberto Maturana, Ex director de Onemi (1994-2006)
Tras la emergencia vivida en el norte se ha visto que a grandes rasgos las autoridades han hecho lo correcto. Apenas se conoció el pronóstico de lluvias, la Onemi estableció alerta roja y al desatarse la emergencia se llamó a la autoevacuación. Sin embargo, una vez más evaluamos las respuestas de algo que ya se produjo. Un sistema experto debería preguntarse qué debería tener instalado antes.
El problema también está en la falta de acopios locales. He visto a los alcaldes decir "aquí no nos ha llegado nada", pero deberían hacer una autocrítica, porque podrían haber prevenido unas horas antes. Además, es hasta lógico que la ayuda desde el nivel central sea más lenta debido a la emergencia.
El año 1997 me tocó estar al mando de Onemi en las inundaciones del norte. Al igual que ahora fueron días difíciles. Del 11 al 13 de junio sucedieron dos sistemas frontales donde llovió lo equivalente al promedio anual. Pero si comparamos el pasado y el presente, diría que esta emergencia ha sido menos violenta.
De todas maneras, las consecuencias de lo ocurrido aún deben ser medidas. Hay muchos problemas que se desligan de la catástrofe, como por ejemplo el tema de la escasez de agua potable. Además, existen riesgos ambientales muy complicados.
Sólo basta poner atención en que este fenómeno afectó a las regiones del país más ricas en minería. Muchos metales pesados de las faenas fueron trasladados hacia el mar por las aguas torrenciales.
El río Chañaral lleva ahora una gran carga tóxica. Muchas industrias de recursos naturales del mar, tales como las plantas de mariscos, se verán afectadas.
Así, pues el impacto podría recaer en muchas áreas. A la vez, uno de los ítems más importantes es intentar mantener la potabilidad del agua para que no existan enfermedades derivadas.
Ahora, el énfasis también deberá estar puesto en limpiar los alrededores, ya que cuando salga el sol el barro se transformará en adobe. Todo en pos, de tener que lamentar la menor cantidad de platos rotos.
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Un seminarista que se enamoró sin retorno
Ernesto Choque. El 2002 viajó de vacaciones a Chile y conoció a su futura esposa. Entonces no pasó nada, pero en su segundo viaje, cuatro años después, nació el amor y él le propuso: "yo ahora me devuelvo a solucionar unos asuntos y te llamo para decirte si me caso o no contigo". En Potosí, Bolivia, estudiaba desde hace siete años para ser cura. La decisión no fue sencilla, pues conocía la experiencia de muchos compañeros que se enamoraban, se salían al tiro y luego se arrepentían. Tras seis meses de reflexión la llamó. El 2006 volvió junto a su hermana y su mamá para hacer formal la petición a la familia de la novia: "porque ella es mapuche y tienen sus tradiciones, por lo mismo la celebración duró tres días.". Así comenzó su vida en Chile. Los dos primeros años trabajó en Servicio al cliente de Ripley, recibiendo reclamos. Cuenta que fue un periodo de mucho estrés, porque la mayoría llegaban exaltados. Él solo podía atenerse a la ley del consumidor, y muchas veces le tiraron los productos en la cara o lo insultaron por su nacionalidad: "me decían peruano tal por cual y yo no entendía qué tenían contra los peruanos". Hoy trabaja tras bambalinas, en logística administrativa. Hasta hace poco hacía clases de quechua en una escuela de autoeducación donde tomaba clases de historia de Chile, economía y psicología. Ahora está aprendiendo a ser papá. Su esposa estudia y llega a las 22.00, por lo que está con su hijo todas las tardes. El 1 de mayo estará como siempre en la marcha de los trabajadores: "la gente se queja de los políticos, de las injusticias, pero sólo queda eso. Es una buena instancia para manifestarse y crear algo en común".
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28 minutos clave en la emergencia
Soy voluntario de Bomberos y también radioaficionado. El día miércoles 25 de marzo logré captar desde Santiago las comunicaciones radiales de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi). A las 13.32 horas el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) alertó a la Onemi que desde Diego de Almagro venía bajando un fuerte aluvión hacia Chañaral.
La operadora pidió reiterar la información y hubo un silencio radial hasta que a las 14.00 hrs. el Sernageomin nuevamente mencionó con voz fuerte: "Aluvión arribado a Chañaral, 14.00 horas".
¿Qué se hizo durante esos 28 minutos? ¿Hubo alguna coordinación para salvar vidas?
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Por favor un poco de tino en la TV
Tal como sucede en prácticamente cualquier tragedia, los canales de televisión repiten una y otra vez las imágenes y muestran con sensacionalismo las historias más tristes. Pero esta vez, quisiera pedirles por favor un poco de tino. Para el incendio de Valparaíso, vi a peridodistas que aparecían en cámara dándole dinero a niños que habían perdido sus juguetes. Vi también a quienes hicieron analogías estúpidas entre un asado y el incendio. Ahora, por favor, un poco más de empatía y por último un poco de sobriedad. Por otro lado, la palabra "dantesco" no es la única forma de explicar el panorama que se vive en el norte con las inundaciones. Repito: un poco más de tino por favor.
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#leohoyxhoy
Mi nombre es Víctor Carrasco y los leo siempre que alcanzo a recibir un ejemplar en el Metro. Cuando hay un poco de espacio en los bagones, logro abrir el diario y disfruto de sus notas. Si no, los leo en mi jornada laboral.
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#fototestigo
Amanecer en Santiago. Vista desde el edificio Titanium.