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Mujeres luchan contra la violencia en partos
Un grupo de chilenas traerá una obra teatral de Las Casildas, organización argentina que promueve el respeto y ciudado en el alumbramiento. Un proyecto de ley busca que se regule el tema y expertos expresan sus ideas.
Hace no más de una decada, en diversos países del mundo se están alzando voces para luchar contra lo que denominan la "violencia obstétrica", es decir, las agresiones que se producen hacia la mujer en el momento en que está pariendo.
En Chile, un grupo de mujeres se congregó a través de redes sociales para visibilizar este tema, estrechando lazos con una agrupación argentina, llamada Las Casildas, que promueve partos menos traumáticos para las madres y sus bebés, además de estimular los procesos de gestación y crianzas de los pequeños. El grupo al otro lado de la cordillera, son los creadores de la obra de teatro "Parir(nos)", que busca poner en el tapete el tema de los alumbramientos que han sido poco respetados. Tras cada función, el grupo se da el tiempo de poder dialogar en conjunto con los asistentes sobre, según sus palabras, este "invisibilizado tema". Las chilenas consiguieron hacer posible que la obra se presente en la Biblioteca de Santiago, el 8, 9 y 10 de mayo, pero quieren sumar más funciones y llevarla a regiones por lo que continúa una campaña para reunir fondos a través de una petición en Idea.me.
Violencia obstétrica
El matrón, docente e investigador de la Universidad de Santiago, Gonzalo Leiva, señaló que hay diferencias importantes entre un parto que se hizo con respeto a otro que no. "En primer lugar, en un parto respetuoso se le informa a la madre sobre los procedimientos a los cuales será expuesta y ofrecer sólo los que sean estrictamente necesarios. Hay procedimientos que se hacen de forma rutinaria y que son completamente omitibles, como romper las membranas, inyectar oxitocina sintética para provocar contracciones, y mantener acostada y monitorizada a la mujer durante todo el proceso de parto. Existe evidencia científica de este tema desde 1985. En Chile tenemos un modelo muy intervencionista y medicalizado en comparación con otros países. Se instaló como algo normal y nunca se cuestionó", dijo el investigador.
Un estudio de 2013, comandado por la directora de la Escuela de Obstetricia de la Universidad de Chile, Lorena Binfa, evidenció que el 92% de los partos en los hospitales públicos de Chile son intervenidos con rotura de membranas e inyección de oxitocina, cuando, en palabras de Gonzalo Leiva, a estos procedimientos sólo debieran recurrirse en casos especiales. Según el investigador, desde el 2010 que organizaciones de mujeres comenzaron a abordar el tema, mientras que, en el ámbito académico, durante el 2012 se realizó el primer seminario sobre violencia obstétrica en dependencias de la Universidad de Santiago. Y, a fines de 2013, el concepto "violencia obstétrica" fue incluido en la declaración final del XI Congreso Nacional de Matronas y Matrones de Chile. Otro ejemplo de que el tema está tomando más relevancia es que en enero de este año, las diputadas Loreto Carvajal (PPD) y Marcela Hernando (PRSD) presentaron un proyecto de ley que penaliza la violencia en el parto. Sin embargo, aún no se ha discutido en el Congreso. La presidenta del Colegio de Matronas y Matrones de Chile, Anita Román, reconoció que la violencia obstétrica existe, pero la atribuyó en gran medida a las malas condiciones que sufren las mujeres durante el parto a la falta de recursos en los hospitales públicos. "Hay que pasearse por las maternidades del país para ver cómo está la situación. Funcionamos como un país pobre, hay un promedio de una matrona por cada cinco trabajos de parto. Sólo los hospitales nuevos tienen proyectos de parto integral". Por otro lado, Román no atribuye responsabilidad a los profesionales de la salud. "Ellos son todos evaluados y la verdad es que entregan lo que pueden. Además, hace años que ha cambiado la modalidad de atención y ese tipo de situaciones están contenidas en la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes", sostuvo.
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Mujeres luchan contra la violencia en partos
Un grupo de chilenas traerá una obra teatral de Las Casildas, organización argentina que promueve el respeto y ciudado en el alumbramiento. Un proyecto de ley busca que se regule el tema y expertos expresan sus ideas.
Hace no más de una decada, en diversos países del mundo se están alzando voces para luchar contra lo que denominan la "violencia obstétrica", es decir, las agresiones que se producen hacia la mujer en el momento en que está pariendo.
En Chile, un grupo de mujeres se congregó a través de redes sociales para visibilizar este tema, estrechando lazos con una agrupación argentina, llamada Las Casildas, que promueve partos menos traumáticos para las madres y sus bebés, además de estimular los procesos de gestación y crianzas de los pequeños. El grupo al otro lado de la cordillera, son los creadores de la obra de teatro "Parir(nos)", que busca poner en el tapete el tema de los alumbramientos que han sido poco respetados. Tras cada función, el grupo se da el tiempo de poder dialogar en conjunto con los asistentes sobre, según sus palabras, este "invisibilizado tema". Las chilenas consiguieron hacer posible que la obra se presente en la Biblioteca de Santiago, el 8, 9 y 10 de mayo, pero quieren sumar más funciones y llevarla a regiones por lo que continúa una campaña para reunir fondos a través de una petición en Idea.me.
Violencia obstétrica
El matrón, docente e investigador de la Universidad de Santiago, Gonzalo Leiva, señaló que hay diferencias importantes entre un parto que se hizo con respeto a otro que no. "En primer lugar, en un parto respetuoso se le informa a la madre sobre los procedimientos a los cuales será expuesta y ofrecer sólo los que sean estrictamente necesarios. Hay procedimientos que se hacen de forma rutinaria y que son completamente omitibles, como romper las membranas, inyectar oxitocina sintética para provocar contracciones, y mantener acostada y monitorizada a la mujer durante todo el proceso de parto. Existe evidencia científica de este tema desde 1985. En Chile tenemos un modelo muy intervencionista y medicalizado en comparación con otros países. Se instaló como algo normal y nunca se cuestionó", dijo el investigador.
Un estudio de 2013, comandado por la directora de la Escuela de Obstetricia de la Universidad de Chile, Lorena Binfa, evidenció que el 92% de los partos en los hospitales públicos de Chile son intervenidos con rotura de membranas e inyección de oxitocina, cuando, en palabras de Gonzalo Leiva, a estos procedimientos sólo debieran recurrirse en casos especiales. Según el investigador, desde el 2010 que organizaciones de mujeres comenzaron a abordar el tema, mientras que, en el ámbito académico, durante el 2012 se realizó el primer seminario sobre violencia obstétrica en dependencias de la Universidad de Santiago. Y, a fines de 2013, el concepto "violencia obstétrica" fue incluido en la declaración final del XI Congreso Nacional de Matronas y Matrones de Chile. Otro ejemplo de que el tema está tomando más relevancia es que en enero de este año, las diputadas Loreto Carvajal (PPD) y Marcela Hernando (PRSD) presentaron un proyecto de ley que penaliza la violencia en el parto. Sin embargo, aún no se ha discutido en el Congreso. La presidenta del Colegio de Matronas y Matrones de Chile, Anita Román, reconoció que la violencia obstétrica existe, pero la atribuyó en gran medida a las malas condiciones que sufren las mujeres durante el parto a la falta de recursos en los hospitales públicos. "Hay que pasearse por las maternidades del país para ver cómo está la situación. Funcionamos como un país pobre, hay un promedio de una matrona por cada cinco trabajos de parto. Sólo los hospitales nuevos tienen proyectos de parto integral". Por otro lado, Román no atribuye responsabilidad a los profesionales de la salud. "Ellos son todos evaluados y la verdad es que entregan lo que pueden. Además, hace años que ha cambiado la modalidad de atención y ese tipo de situaciones están contenidas en la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes", sostuvo.