Hay algo infantil en el cine del director Tim Burton, algo que le pone por delante un gran obstáculo a la hora de abordar un drama adulto, psicológico y retorcido como el que protagonizó la pintora Margaret Keane (aún viva) durante casi dos décadas. Esa dimensión infantil no es de por sí negativa, de hecho, en muchas de sus películas ha sido esa mirada -bastante completa, porque incluye no sólo la inocencia y la fantasía, sino cierta oscuridad y amoralidad que son también propias de la niñez- la que le ha dado realce a historias como las de "El joven manos de tijera" o "El gran pez". Pero sucede que esta vez su original concepción del mundo no logra cuajar del todo con la historia que eligió contar. Una historia que ha tenido obsesionado al director norteamericano por mucho tiempo, algo que es fácil de entender dado que los hechos que ella contiene son bastante impresionantes.

Margaret Keane fue protagonista, y en parte artífice, de uno de los engaños más grandes del mundo del arte. Por años se creyó que los cuadros de niños de ojos gigantes que se vendieron como pan caliente en los años 50 y 60 eran obra no de ella, sino que de Walter Keane, su marido. El engaño duró tanto porque Margaret fue víctima de la locura de su esposo, y también víctima de su propia psique, presa de su timidez, del miedo y de los autoflagelantes mecanismos de la mente que llevan a ciertos seres humanos a convencerse de que está bien comportarse de las maneras más extrañas.

Tim Burton, con sus colores, su humor, su mirada asexuada, su fascinación inocente por ciertos temas, en vez de sumar le termina restando fuerza a la historia original. Y si Amy Adams hace un gran trabajo encarnando a la pintora, no puede decirse lo mismo de Christoph Waltz, quien no pasa de la caricatura y la mueca en su muy deficitaria encarnación de Walter Keane. Finalmente, la cinta sobrevive gracias a la intensidad de la historia original, que logra a ratos cautivar incluso a pesar de la película que Tim Burton construyó sobre ella.

Bettie está atrapada en su pequeña ciudad de provincia. La tranquilidad ilusoria de la tercera edad es socavada por las dificultades financieras de su restaurante y el abandono de su amante. El deseo de escapar toma la forma de una road movie. Bettie se sube a su viejo Mercedes para buscar cigarrillos y no vuelve. La protagonista rompe la rutina y se lanza por los caminos de la Francia profunda como una adolescente fugitiva.

Gordon Matta-Clark (1934-1978), hijo de Roberto Matta, es uno de los artistas independientes más admirados de los EE.UU. Fundador del movimiento de "Anarquitectura", Gordon desarrolla una prolija carrera creativa. Las voces de los investigadores y colaboradores de Gordon nos relatan sus aventuras y anécdotas en los suburbios de Nueva York.

La película es protagonizada por Julianne Moore, en el papel de Alice, una lingüista de la Universidad de Columbia diagnosticada tempranamente con la enfermedad de Alzheimer. Alec Baldwin interpreta a su esposo John. Ella lucha para manejar su vida al tratar con la enfermedad y su trabajo, familia y amigos.