Esteban Paredes, goleador, 33 años, zurdo y dueño de un pelo cuidadosamente trabajado, es hoy un generador innato de elogios. El atacante marcó los dos goles con que Colo Colo derrotó a Atlas por Copa Libertadores y desahogó 45 mil gargantas nerviosas. El primero lo hizo de penal; el segundo tras un contragolpe. Y se ganó, en el acto, un cúmulo de aplausos populares.

De ahí la discusión obvia en las galerías del Monumental. Disyuntiva que hoyxhoy recoge e intenta dilucidar: ¿Está Paredes entre los más grandes de la historia alba? Apelamos a tres expertos en la vida de Colo Colo. Tipos serios y estudiosos, autores de libros llenos de datos que relatan amores y desamores en torno al Cacique. Axel Pickett escribió "Leyenda hay una sola"; Adamol (Alfredo Molina), "Alma de campeón"; y Esteban Abarzúa "Soy del Colo". Y la decisión es unánime: Esteban Paredes es un ídolo. O al menos uno en potencia.

Según Pickett, para ser ídolo se necesita más que un olfato goleador. Se relaciona, explica, con una cuestión emocional. Y aporta una frase mística: "Los ídolos tienen que ver con el corazón del pueblo colocolino". Y ahí Paredes gana bonos. Pickett considera que el goleador se convirtió en leyenda cuando volvió de México. Ahí, en una muestra de coraje, pidió la camiseta que nadie quería: la 30, en honor a la esquiva estrella que, prometió, Colo Colo ganaría ese año. "Fue una declaración de confianza", analiza.

Abarzúa, periodista e hincha albo, también dedica elogios a Paredes. Dice que, en los últimos cinco años, ha sido el mejor. Que es el símbolo de la resurrección alba. Y que méritos para entrar en la historia le sobran. "Está a punto de convertirse en ídolo. No le faltan más títulos, es una cuestión que se ratifica con el tiempo", asegura.

Ambos, eso sí, consideran que Paredes está un escalón por debajo de los más grandes. Ubican a David Arellano en un altar. Y a tipos como Chamaco Valdés, Carlos Caszely y Marcelo Barticciotto en segunda línea. Más atrás aparecen Raúl Ormeño, Cóndor Rojas y Luis Mena, entre otros. Y ese grupo lo integra Paredes.

Bueno pero no tanto

Alejandro Molina, alias Adamol, oye el apellido Paredes y lanza: "Ha sido un jugador importante". Opina, tal como Pickett y Abarzúa, que el goleador fue el más destacado del lustro negro de Colo Colo (2009-2014) y dice que el hincha se identifica con él.

Sin embargo, agrega, la importancia de Paredes debe ser contextualizada en el período que le tocó vivir. Avisa que el Colo Colo 73 está en el cielo. Que el de 1991 es mágico. Y que en su historia, a Colo Colo le han sobrado goleadores.Y entre ellos, aparece Paredes. Aun así, reconoce que en el futuro, cuando se hable del Colo Colo de comienzos de siglo, Esteban Paredes ocupará un lugar especial. El goleador, dice, tiene potencial para ganarse un espacio en el almanaque de los elegidos.

Esteban Paredes, resuelve hoyxhoy en una audiencia ficticia, es oficialmente el nuevo ídolo de Colo Colo. Enhorabuena, Visogol, susurramos en silencio.

Tras nueve partidos oficiales al mando de Universidad Católica, el juego impuesto por Mario Salas no ha dejado indiferente a nadie. A pesar de su empate ante San Marcos de Arica y derrota ante Palestino, avisa que la UC no va a cambiar. "Tenemos una forma de jugar que no vamos a transar, vamos a seguir con nuestra misma idea", aseguró ayer. Aunque luego admitió que "debemos tratar de tener una mayor solidez defensiva y un mejor finiquito de las jugadas que nos generamos".