Pancho Saavedra, un periodista de espectáculos transformado en el más exitoso jefe de campaña de las candidatas a reina del festival, entra a la sala de prensa del Sheraton y todos se emocionan. Saluda a los reporteros acreditados y los invita a un asado para mañana. De paso, ofrece un viaje en una van gratis a la Quinta: "Chiquillos, para que se vayan al Festival y no gasten".

Hace poco regaló una moto entre los periodistas, y aprovecha de anunciar que en el asado se van sortear dos motos más. Todo, a cambio de los votos para Jhendelyn Nuñez, la candidata a reina de 13. Su canal y principal financista.

Y hay más. La primera noche Festival mandó una caja con donuts con forma de corazón para "los amigos de la prensa", y durante la gala repartió entre los reporteros cupones para comer gratis en McDonald"s. Siempre, con el mensaje de que deben votar por Jhen. El electorado de la elección son los periodistas acreditados.

Y más. Logró entrar al grupo de WhatsApp "PrensaViña2015", con cerca de 100 periodistas festivaleros, donde suele bombardear con nuevos caramelos y de paso confiar en que "volveremos a ganar". Sería su séptimo año consecutivo.

Casi ningún periodista de espectáculos puede resistirse a las coimas de Pancho Saavedra. "Es como el Choclo Délano del Festival", dice un reportero de Talca, que tiene en sus manos una polera de Jhendelyn. "El Pancho sabe como regalonearnos", dice un camarógrafo que sueña ganarse una de las motos.

De existir un Tricel festivalero, es probable que Pancho Saavedra estaría acusado y formalizado por cohecho, soborno y corrupción. Tendría que ir a declarar a la fiscalía de la Quinta y, probablemente, los mismos que ahora reciben sus dádivas le estarían haciendo las imágenes. Si alguien investiga la arista Reina de Viña, saltarían varios nombres de periodistas de espectáculos. Algún profesor de Educación Cívica podría denunciarlo al Consejo de Televisión por el mal ejemplo, al decirse a viva voz que los votos se consiguen dando regalos y vales del McDonald"s.

La situación ha llegado a tal punto que, como dijo un reportero de una radio de Rancagua: "El Pancho nos llena la semana de actividades, somos varios los que venimos por eso no más". Más que la elección de la Reina del Festival, estamos frente al Rey de Viña. Nadie puede hacerle el peso a la maquinaria de Saavedra y su gran despliegue territorial. El rey viajó hace unos meses a Las Vegas a buscar ideas para el piscinazo, sabiendo que ganaba. Y ahí, en esa confianza del imbatible, es donde comienza a aparecer su derrota.

Estamos, quizás, ante la última elección de la Reina del Festival. Se nota en el ambiente. La mitad de los canales grandes, léase TVN y CHV, ya ni siquiera llevaron candidatas. Y, después de esta experiencia con Katherine Salosny, Mega quizás ya no quiera insistir con otra postulante.

Para el resto perdió la gracia. Para el rey queda la soledad del poder.

Luego de las críticas tras el arranque que tuvo el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en su noche inaugural, Rafael Araneda y Carolina de Moras decidieron ponerse al día con la deuda. El domingo, a pesar de las insistencias del público, no se presenció frente a las cámaras el tradicional beso de los animadores. Es por esto, que la segunda noche en la Quinta Vergara inició con un sorprendente beso doble entre los animadores, gesto que dejó contento al monstruo. Carolina de Moras, esta vez, apareció vestida en un diseño blanco de Rodrigo Valenzuela, de crepe de seda. Su maquillaje estuvo a cargo de Raúl Flores y su peinado de Monserrat Niño.

La presencia del cantante guatemalteco en la Quinta Vergara no dejó indiferente a casi nadie. Incluso, en el noticiario de TVN -mientras salía al aire el comentario deportivo- el periodista Manuel de Tezanos reconoció estar "asustado". Ante la pregunta de la conductora Mónica Pérez de por qué la razón de su temor, el comunicador sonrió y dijo "¡no, por favor, no lo nombres!". "¿A quién? ¿A Arjona?", le preguntó su compañera a lo que De Tezanos respondió que "¡No! Te dije que no lo nombraras!".